_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un desmayo en misa

Le habíamos invitao y antier llegó Segundo, el cura del tercero, aquel que se echó a la carretera cuando la operación salida pa confesar a los que pecan contra el tráfico., El padre Segundo está ya jubilao, y pasa estrecheces, pues si toas las pensiones son, por roñosas, de espaldas al pueblo, las de los curas correlativamente también, y además Segundo tiene mono de no sacramentar casi ná, y sobre todo de la penitencia, que era mu entretenía y daba mucho juego. Así que de la que llegó y vió la playa atestada de bañistas en toples, se puso una bufandilla de seda que el llama estola y allá que se fué. "Padre, le dije yo, España ya no es lo que era. Mire usté que de sus mismos vecinos que tanto le apreciamos, muchos son nósticos, los menos practicantes, y los más mediopensionistas, o sea, de vez en cuado, porque no lo tenemos claro". "No importa, María, si los negritos de los collares y los de los refrescos van ofreciendo sus servicios, por qué no voy a hacerlo yo", dice que muchos que pecan de miranda con las toples le pueden pedir confesión allí mismo, y que a lo mejor se ahoga un bañista y allí está él pa a asolver, pues no faltaría más. ¡Hombre de Dios!...Ayer domingo, nos invita a ir a misa, aunque no fuese la suya, y Manolo dice que de eso nada, que es sindicalista y nóstico total, mis nenas casualmente se van de excursión, y mi Rubén tiene campeonato de Muntinbike, María que te ha tocao, y allá que me ven, piadosa a la fuerza por solaridá con el invitao.

No sé si es la falta de costumbre, pero a mí con la calorina y que al de alante le jumelan los alerones, y que el arcángel de un cuadro me mira fijamente mu cabreao, me está entrando el sofoco, y encima el cura me echa la bronca por la drota, por el aborto, por el despelote y por los yates de la jetsé que hay en el puerto, y por los places camales, que será porque me gustan las alitas de pollo. Y aunque a Dios gracias no se mete con mis kilos de más, estoy angustiada, y cuando canto lo del ciervo que a la fuente de agua fresca va veloz, no aguanto me se nublan los ojos y me da una linotipia.

Cuando me recuperé, el padre Segundo me dijo que no todas las misas son iguales, como criticando al colega, pero pa mí que a la iglesia le falla el cuerpo de servicio. ¿O es que un cura como Montgomery Clif con un buen pico de oro me iba a marear a mí?

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_