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La travesía del desierto

Banesto cierra ocho meses críticos con la junta de accionistas de mañana

Banesto llega mañana a la normalidad. Ocho meses después de la intervención por parte del Banco de España, la entidad ha elegido el calor del mes de agosto para ponerse al día. Los accionistas del banco están llamados a una nueva junta general para aprobar las cuentas del pasado ejercicio y ratificar algunos acuerdos alcanzados, por el actual equipo de gestión que preside Alfredo Sáenz.La travesía del desierto ha sido larga e intensa. En realidad, el banco ha atravesado varias fases para salir de la crisis que supuso la intervención del 28 de diciembre de 1993, cuando el Banco de España decidió destituir al consejo de administración que presidía Mario Conde. La primera fecha señalada fue la junta extraordinaria del 26 de marzo pasado, en la que los accionistas aprobaron la ampliación de capital por valor de 180.000 millones y la acción social de responsabilidad contra los anteriores gestores. La otra fecha importante se produjo un me s después, cuando el Santander ganó la subasta para la adquisición de Banesto. Una adjudicación no exenta de polémica por el defecto de forma cometido por Emilio Botín al saltarse una firma.

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Mañana es el tercer día clave. Alfredo Sáenz,. que recibió el respaldo absoluto de Botín para permanecer en la presidencia de Banesto, no tendrá que buscar alianzas para conseguir la mayoría de los votos (50 acciones. un voto) en la junta, como hizo en la anterior. La participación del Santander y sus socios internacionales, sin contar el 13% que tiene que vender a los antiguos accionistas, es de alrededor del 58%, por lo que la garantía de éxito es absoluta.

Sáenz y su flamante consejo de administración -en el que se sientan ex directivos del BBV que aceptaron la oferta de Banesto para abandonar sus puestos, deberán soportar, otra vez, la sombra de Conde planeando sobre la junta. El ex presidente de Banesto y su núcleo duro -Enrique Lasarte, Ricardo Gómez Acebo y Arturo Romaní- juegan estos días con la posibilidad de impugnar la junta de mañana. De momento, y a través de un acta notarial, han exigido a Sáenz toda la documentación de la junta. Sin embargo, parece improbable que Conde y sus hombres de confianza se acerquen hasta el recinto ferial Juan Carlos I para exponer sus diferencias con el actual equipo gestor del banco. Lo más probable es que sea su abogado, Fernando Sánchez Calero, el que haga acto de presencia en la junta, tal. y como ocurrió en la del 26 de marzo.

Los pequeños accionistas también han anunciado batalla, apiñados en torno a Asociación para la Defensa del Accionista y Reagrupamiento de Accionistas de Banesto, cuya portavoz, Victoria, de la Muela, fue la única que atacó abiertamente al anterior presidente por su gestión en años anteriores. Estos grupos pedirán la reprobación de las cuentas de 1993.

En cualquier caso, parece que a los actuales gestores de Banesto les preocupa más la situación en la que se encuentran algunos de los otros frentes aún abiertos. Se trata de cuestiones espinosas con nombres propios: Totta e Açores, Antena 3 TV, Oasis, Hachuel, Northwestern...

Quizá el que más atosiga a Sáenz, y al propio Botín, es el del banco portugués. No en vano, el presidente de Banesto interrumpió sus vacaciones en Baleares para entrevistarse en Lisboa con las autoridades lusas en busca de un acuerdo definitivo para hacer buena la participación de Banesto en el Totta, de casi el 50%. Portugal se sigue resistiendo, por lo que difícilmente Sáenz podrá anunciar mañana alguna novedad sobre ese asunto.

La demanda interpuesta por Carlisle, filial de la aseguradora estadounidense Northwestern (propietaria del 1,5% del capital de Banesto antes de la ampliación), es otro cantar. Carlisle puso la demanda acusando de falsedad el informe de la ampliación de capital propuesta por Conde, pero al mismo tiempo reconocía que negociaba con Banesto un entendimiento. Muchos quisieron ver a Carlisle como destino del 1,4% del capital de Banesto vendido la semana pasada por el Santander.

Sáenz tendrá que aclarar, por otra parte, cuál es la situación en la que se encuentran los créditos concedidos a, los grupos Doma, Hachuel y Oasis, que suman un total de 130.000 millones de pesetas. Banesto amenazó a sus responsables que ejecutaría los créditos si no pagaban. La deuda de Oasis -en realidad del grupo Pueyo- es de 82.000 millones entre créditos y participaciones accionariales. Doma, en la que Banesto entró pagando precios por encima de su valor teórico, le debe al banco más de 10.000 mi llones. A Hachuel, Banesto le exige el pago de 15.105 millones y parte de esa deuda está garantizada con el 15% de Tele 5. Banesto tiene participación, además de en Tele 5, en Antena 3 TV, en la que controla, entre acciones directas y pignoradas por créditos concedidos, el 53% del capital. Banesto quiere vender la mayoría de sus participaciones en medios de comunicación y para ello ha contratado a Bankers Trust.

Alfredo Sáenz también tendrá que dar cuentas de la marcha de la entidad este ejercicio, en el que ya anunció unas pérdidas de 21.870 millones en el primer semestre. El presidente del banco ha subrayado reiteradamente que Banesto ya genera beneficios y que empieza a recuperar gran parte del casi billón de depósitos que perdió en los peores días de la crisis. Las cifras, sin embargo, muestran una realidad mucho más cruda, ya que apenas supera los 2,1 billones frente a los 2,7 que tenía a final de año.

Otro cuello de botella de Banesto es la morosidad. La gestión de Conde en este aspecto dejó al banco con una morosidad del 37,6% a final de 1993, cinco veces más que la media del sector, según se descubrió cuando los actuales gestores destriparon el banco y lo reflejaron en el informe entregado en la CNMV.

La Corporación Banesto, que en la actualidad vale dos terceras partes menos de lo que valía cuando se constituyó en 1989, ha emprendido su camino de arreglo particular. Sáenz incorporó al frente de la Corporación a Santiago Zaldumbide, un hombre de su entera confianza que se había quedado relegado en el grupo Repsol por su falta de entendimiento con el presidente de este grupo, óscar Fanjul. La primer a operación importante ha sido la venta de Tudor. A la Corporación también se han incorporado otros dos antiguos colaboradores de Sáenz: Luis Delso (Isolux) y José Antonio Urquizu (Agroman).

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