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Reportaje:

Chicas de calendario

Canal + estrena el documental "Pin-ups, mujeres para soñar"

Canal + presenta hoy sábado, a las 22.00 horas (en codificado), el documental 'Pin-ups, mujeres para soñar', una historia de las chicas de calendario, desde su nacimiento en los carteles de los cabarés de París, hasta Madonna, las top models y las adictas al wonder-bra de nuestros días."¿Qué es lo que nos falta?", cantaba el coro de soldados norteamericanos en aquella isla del musical de los cuarenta South Pacific. "Nos faltan tías". Pues no, no es verdad. Las chicas, idealizadas, sugerentes, estaban allí, en las trincheras de los frentes de la Segunda Guerra Mundial, colgadas con chinchetas y hasta con mermelada (una aportación de las tropas británicas) de cualquier pared que se mantuviera al abrigo de la artillería. Fue la ead de oro de las pin-ups por definición, "la chica que cuelga", una parte esencial de la impedimenta militar.

Todo eso nos lo cuenta Pin-ups, mujeres para soñar, cuya producción duró dos años y partiparon Canal + de España y Francia, Première y Showtime.

Moda de París

Dicen que la primera bomba atómica que cayó sobre Hiroshima en 1945 llevaba estampada la imagen de Rita Hayworth, una de las pocas y anónimas pin-ups -también Jean Harlow, Joan Crawford, Ava Gardner, Lana Turner, Marilyn Monroe- que se convirtió en estrella. Los soldados americanos habían acuñado ya el término, y la manía de coleccionar chicas de papel había alcanzado tal furor que hasta el interior de los cascos daba cuenta de ello. Pero los cuarenta no las inventaron, la idea colgaba ya de los carteles publicitarios de los cabarés de París. Cancanes y calzones, de. seda entre encajes que fascinaron a los mucho menos sofisticados americanos.La imagen de aquellas descocadas chicas que aparecían dibujadas sobre bélicos obuses se la llevaron de Francia los soldados de la primera gran guerra una impresionante red postal había mantenido un regular suministro en el frente de tarjetas coloreadas con las más bellas y atrevidas chicas francesas, las proto-pin-ups. Así se llamaron al principio en Estados Unios. Broadway, las legendarias chicas Ziegfeld y una fábrica de sueños, Hollywood, ante la que se agolpan miles de chicas d el 96-60-94 -fórmula magistral- aspirando al estrellato, fueron la etapa siguiente. Pero el estrellato, para la mayoría, llegará en las trincheras. de la Segunda Guerra Mundial.

Ellas serán las mascotas de las tropas. Las revistas Time, Life y Esquire les dedican sus portadas. Los desplegables centrales de Esquire, con esas chicas imposibles, todo pecho y piernas, llegan a vender hasta tres millones de ejemplares de la revista.

Ilustradores como el peruano Alberto Vargas alcanzan lo sublime en el arte de sugerir al máximo cubriendo lo esencial. Betty Grable se convierte en la pin-up oficial del Ejército norteamericano: el mejor culo sobre las más bellas piernas del mundo, según descripción de la época. "Sólo quiero que sepáis por qué estáis luchando, chicos", se canta en La chica pin-up, la película que les dedica Hollywood a estas mujeres bandera. La siempre ingeniosa rubia Mae West lo había dicho de otra manera: "La distancia más Corta entre dos puntos es una curva".

La posguerra descubre en Estados Unidos a la chica del calendario Norma Jean, mientras que en Europa el hambre y las privaciones redefinen la fórmula magistral, reinventada por Sofía Loren, Silvana Mangano y Gina Lollobrigida.

Otro suceso bélico, la guerra de Corea, vuelve a echar mano de la vieja receta: las penas con tetas son menos. Pero Vietnam y la defección de Jane-Barbarella-Fonda, que se pasa a las líneas enemigas, junto a las reivindicaciones feministas, dan al traste con el mito de la patriota e ingepua pin-up, remedo ahora de barata chica de alterne. Y en los ochenta llega Madonna, con mando en plaza: las chicas ya no serán nunca el descanso del guerrero. Aquellas pin-ups de los cuarenta y cincuenta, dulces y frágiles, como pedía la fantasía masculina, son hoy el nuevo mito erótico de las top models, poderosas, ricas y famosas. Todo lo que no fueron la legión de anónimas chicas de calendario.

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