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Al pan, pan, y al vino, vino

"Northwestern Mutual Life es la única entidad de seguros norteamericana que ha sido calificada con un rating AAA. Esta sociedad tiene un volumen de activos de 40.000 millones de dólares, aproximadamente, y está situada entre las diez compañías de seguros de mayor tamaño de Estados Unidos. Ésta es la primera inversión en España que efectúa esta entidad, considerada como uno de los inversores más conservadores de su país. A esta entidad, bien directamente o bien a alguna de las filiales por ella poseídas se le ofrecerán en suscripción 1.710.524 acciones de las emitidas en el segundo tramo del aumento del capital social".Adivinanza: ¿quién hablaba en estos términos el 4 de mayo de 1993 al presentar a la citada compañía de seguros?

Respuesta: el entonces presidente de Banesto, Mario Conde, al subrayar la importancia de los inversores institucionales atraídos por su asesor financiero, J. P. Morgan.

El caso es que Northwestem no se limitó a suscribir los 1,7 millones inicialmente ofrecidos. Al menos en lo que se refiere a su inversión directa, a través de Carlisle, la aseguradora "más admirada" para usar, también, la expresión de Conde en mayo de 1993, adquirió 2.052.629 acciones de Banesto por unos 3.547 millones de pesetas.

Ahora, quizá para celebrar el primer aniversario del fiasco, la aseguradora ha decidido demandar a Banesto por falsedad en la información, omisiones y tergiversación. Por el momento, General Electric Pension Trust Fund, que está en situación idéntica a Northwestern, no se ha dirigido a un juzgado de Nueva York. Tampoco los otros inversores que canalizaron unos 150 millones de dolares a través de Corsair Partnership, el fondo creado por J. P. Morgan para invertir en Banesto.

Pero, una vez más, como ya ocurriera en el pasado con la demanda del Estado español contra José María Ruiz Mateos en Londres y de Kuwait Investment Office (KIO) contra Javier de la Rosa -en curso actualmente en el alto tribunal inglés- toca a la Justicia anglosajona investigar e intentar resolver uno de los grandes casos de fraude financiero de la Historia española contemporánea.

El relato de la aseguradora norteamericana tiene la virtud de llamar a las cosas por su nombre. Si los inspectores del Banco de España han sido acusados por Conde, sus colaboradores y admiradores, de perseguidores políticos, ¿cómo se podría desacreditar la posición de Northwestern, endiosada hace apenas un año, a partir de la demanda presentada en Nueva York? Se podría decir, por ejemplo, que intenta aprovecharse de los datos del Banco de España para resarcir su posición y salvar la cara. Pero el rosario de omisiones que registra la demanda es incuestionable. Y hay que tener pasión por la ciencia ficción para sostener que Northwestern-Carlisle se ha afiliado al Sistema, que, según Conde y sus amigos, es el responsable fantasma de la intervención del Día de los Inocentes de 1993.

La demanda sitúa en su verdadero sitio no sólo a los administradores de Banesto destituidos sino a sus caros asesores financieros: J. P. Morgan. La mayor parte de la información que Northwestem y los demás inversor es institucionales y privados recibieron estaba en el célebre International Information Memorándum del 17 de junio de 1993. Y éste fue preparado por Violy de Harper, entonces directora general del banco norteamericano. Pues Northwestern. dice que todo lo que allí se dice es falso, de la a a la z.

Y más: la versión sobre la fusión Banesto-Totta & Aoçores para conseguir la revalorización de 130.000 millones a fin de tapar agujeros en Banesto (fondo de pensiones, provisiones por créditos fallidos y participaciones accionariales desvalorizadas en la Corporación Industrial) es rigurosamente exacta. Lo que te sorprende es que Northwestern-Carlisle, que está bajo juramento, asegure que fueron los representantes de Banesto quienes se lo dijeron llamando, también, al pan, pan, y al vino, vino.

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