PONCELA SE PONE LAS PILAS
El Eusebio Poncela que mañana estrena en Santander Los bellos durmientes, de Antonio Gala, más parece un quinceañero sabiondo y peleón que un actor en capilla. Lejos ya sus papeles en Arrebato o La ley del deseo, y más lejos aún el Carlos Deza de Los gozos y las sombras, Poncela no tiene empacho en decir que sus últimos trabajos en España fueron mortalmente aburridos: "Hice mucho el ridículo, como todos". Pero tampoco se preocupa, que no están los tiempos para perderlos mirándose el ombligo. Año y medio en Argentina haciendo películas y videoclips le han dado pilas a su vida y a su trabajo. Las mechas que luce son sólo el comienzo.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.