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Reportaje:

Ganaron los verdes

Una tortilla con perejil ganó el único concurso culinario de las fiestas de la Paloma

Cuando el jurado, compuesto por los adolescentes José María, Ricardo y Daniel, declaró ganadora a la tortilla de Nati Torralba, hubo quien no se quedó callado. "¡Pero si a la tortilla española' no le pega el perejil!", "Anda, que adónde vamos a ir a parar", "En Lavapiés,serán verdes, pero en mi pueblo son amarillas de toda la vida". Un centenar de personas fue testigo, y catador, de tan sabroso acontecimiento. Diecisiete tortillas compitieron ayer en la quinta edición de un concurso que ya empieza a ser un clásico de las fiestas de la Virgen de la Paloma.Pese al debate sobre el color de las tortillas, el quinceañero Daniel, secretario del jurado, no recibió ninguna reclamación por escrito contra su labor y la de sus dos compañeros, como deben ser las reclamaciones, y Nati se adjudicó los tres vales de 1.000 pesetas para comprar en una panadería, una ferretería y un ultramarinos del barrio, además de una flamante batería de. cocina. Y una placa, que regala Casa Domingo, patrocinadora del acontecimiento gastronómico que obstaculizó la calle de Toledo.

Casualmente, o porque en La Latina se conocen todos, el miembro del jurado José María Verdejo, de 12 años, es hijo de la ganadora. "Nuestra decisión no ha tenido nada que ver con mi parentesco", puntualizó el chaval. Nadie del público criticó su actuación. María, de Casa Domingo, explicó la situación: "Elegimos a niños del barrio para no despertar suspicacias. Nadie va a decir que un niño tiene preferencias".

El secreto de Nati Torralba consiste en una pizca de levadura en los huevos batidos y perejil, mucho perejil. Su amigo sevillano José Barrio Navas la convenció. "Yo soy cocinero y he dado de comer a 400 leones al día en mi pueblo. Mucho antes de que Arguiñano empezara a freir huevos yo ya echaba perejil a mis guisos", se explica el hombre. "¡A que sacamos la moda de las tortillas verdes!", agregó con un guiño a Nati, que optó, eso sí, por no echarle cebolla a su receta ganadora..

Rosi, Max y su hija Tania no entraron en la polémica. Ellos viajaron desde Leganés a la calle de. Toledo para probar un bocado gratis de tortillas. Un experto de Casa Domingo troceó las raciones al final del certamen y el público paladeó sin tregua hasta la última porción. Curiosamente, uno de los miembros del jurado, que prefirió guardar tanto su anonimato como el de los cocineros o cocineras responsables, afirmó que alguna de las tortillas "sabía un poco asquerosa". "Pese a todo, la mayoría estaba

A pocos metros de Casa Domingo, la asociación de madrileños y amigos Los Castizos aprovechó un escenario municipal para promover el primer karaoke castizo de la historia de las fiestas de la Paloma. El artilugio de origen japonés, compuesto normalmente por una pantalla electrónica que reproduce los textos de las canciones, quedó limitado esta vez a unas octavillas, que la castiza Dolores repartía a quien osara subirse al estrado. Ella misma se pasó varias tardes copiando a máquina, y en mayúscula, las letras de El beso o La Gran Vía.

Manolo, el aceitunero jubilado del mercado de la Cebada, arrancó aplausos entre sus compañeros de negocio. El pescadero, el frutero, el charcutero y el bacaladero no se perdieron la actuación de Manolito cantando El turco, una composición propia que, por no necesitar, no necesitó ni música.

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Graznidos, notas falsas, gallos, todo estaba permitido en el escenario del primer karaoke castizo. Incluso cantar bien. La única prohibición de la noche fueron las sevillanas. Motivos obvios.

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