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González estudia crear una o dos vicepresidencias más

Felipe González está estudiando la creación de una o dos vicepresidencias más en el Gobierno, además de la que hoy ostenta Narcís Serra. Ayer, tras ser recibido por el Rey en Palma de Mallorca, reconoció explícitamente que la posibilidad de introducir esta reforma absolutamente innovadora respecto de lo que han sido hasta ahora sus gabinetes, con sólo una vicepresidencia, le parece una buena idea que merece ser meditada. No explicó qué cometidos corresponderían a esos puestos, pero su mera creación apunta el deseo de fortalecer el pulso político del Gobierno.

Muy bronceado por el sol y la brisa del coto de Doñana, González interrumpió ayer brevemente sus vacaciones para mantener con el Rey la audiencia habitual de los veranos. Tras dos horas y diez minutos de conversación en el palacio de Marivent, abordó todos los temas de actualidad ante los periodistas, incluso con alguna concesión al buen humor. "Aprovechen, aprovechen y pregunten que esto tiene que dar de sí para todo agosto".González se mostró encantado con la positiva evolución de la situación económica, que, según él, tiende a consolidar la recuperación. Según su análisis, a finales de año se producirá, casi con toda seguridad, un crecimiento acumulado del empleo que supere a los puestos de trabajo destruidos. Si eso ocurre con un crecimiento de la economía todavía muy modesto, "el ascenso que se prevé para el año que viene, todavía mayor, puede situar al empleo en una senda muy interesante de solución".

No obstante, advirtió que habrá un recorte del gasto social y un decidido propósito de contener el déficit público en los Presupuestos para 1995.

El presidente no dudó en atribuir a la reforma laboral una importancia fundamental en el descenso del desempleo, aun reconociendo la influencia de la contratación motivada por el récord turístico de este verano.

González se declaró "fuerte y respaldado", para agotar la legislatura, y dejó patente su convicción de que el Gobierno llegará, finalmente, a un acuerdo sobre los presupuestos con CiU, cuyos votos le resultan imprescindibles para sacar adelante la política económica. En su opinión, las divergencias son "de menor cuantía", y los nacionalistas catalanes en modo alguno cuestionan la orientación política de los presupuestos. No obstante, González afirmó que tampoco le atemoriza la pérdida de alguna votación importante en el Parlamento como consecuencia de no haber conseguido el apoyo de otros grupos políticos.

Críticas a la oposición

González señaló que el Gobierno en minoría plantea una novedad interesante: quienes presentan propuestas alternativas a las del Gobierno deben contar con la responsabilidad de que pueden salir adelante con los votos de la oposición y, por tanto, tienen que asumir la explicación de las consecuencias ante la opinión pública.

Al hilo de esa reflexión, aseguró que el acuerdo en el Parlamento andaluz del PP e IU en contra de la gestión del 15% del IRPF, responde "a una estrategia, que viene de atrás, del PP e IU contra el PSOE".

No fue la única crítica al PP. El presidente calificó de gravísimo error de política exterior la petición del PP de que España rompa relaciones con Cuba. Para ahondar en la dimensión de ese error, recordó que incluso bajo el régimen de Franco se decidió a principios de los años sesenta no romper las relaciones diplomáticas con Cuba, para preservar intereses españoles en juego. No obstante, abogó porque la transición política y económica en Cuba sea lo más eficaz y rápida posible. Un objetivo al cual sirve la estrategia de cooperación española, dijo.

En otra crítica al PP, González opinó que la política de reinserción de los presos de ETA, en particular por acceder al tercer grado penitenciario, "ha sucitado una inoportuna polémica que sólo favorece a los terroristas".

González calificó de "despreciables" a los demagogos que alientan, por ejemplo, movilizaciones en contra del aprovechamiento de agua del Ebro para el consumo en zonas con sequía. A su juicio, resulta incomprensible esta polémica cuando sólo se va a utilizar la milésima parte del caudal desaprovechado en el mar. "El agua es de todos los españoles, y hay que utilizarla racionalmente en beneficio de todos. Es como la caja única de la Seguridad Social, cuyo reparto garantiza la solidaridad", arguyó González. De ahí, añadió, que "algunos deban sosegar las pasiones". Una recomendación que, según algunos, podía aludir al socialista presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, que ha recurrido el trasvase del Tajo.

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