Objetores e incendios
En respuesta a Julio Rivera Rocamora, de Cartagena, en Cartas al director de EL PAÍS del viernes 22 de julio de 1994, titulada ¿Dónde estaban?
Yo soy uno de los que objeta mos "porque no queríamos que en nosotros mandara nadie" y puedo responderte: estaba, junto con otras personas (objetores o no), en Manresa, Sant Quirze Safaja y Montcada i Reixac ayudando a apagar fuegos. Como, tú, horas de trabajo y humo, pero no por obligación, sino por propia voluntad y con la libertad de ayudar hasta donde creyera necesario, en el lugar y momento que juzgase oportuno. Por cierto que sólo vi al Ejército en dos situaciones curiosas: una, cuando llegaban con toda la caravana de vehículos antiguos e inútiles a un frente que es perábamos junto a los payeses de la zona en Sant Quirze Safaja, ha ciéndonos apartar a todos para llegar al lugar al que habían sido destinados y, una vez allí, ser des tinados a otro lugar (el "Fígaro" según decían) y armando un cacao impresionante para poder dar la vuelta y salir (el fuego de El Figaró ya estaba apagado entonces). La segunda ocasión fue en televisión: "Vamos a hacer una parada para comer", decía el jefe.
Seguramente no nos viste porque no llevamos uniforme ni la banderita en el hombro. Pero estábamos allí. Allí y en tantos otros sitios, sin diferenciamos de los demás. Por cierto que tu carta da que reflexionar: te sentiste útil justo cuando hacías algo que poco tiene que ver con el Ejército, aunque fuera obligatoriamente. Gracias de todos modos por colaborar con nosotros. Gracias.-
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