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Los controladores de Marsella cercan Palma el día de mayor trafico aéreo de su historia

Los controladores aéreos de Marsella, en huelga de celo desde el viernes, restringieron el paso de los aviones procedentes de Baleares a una cadencia de un aparato cada cuarto de hora, igual que en invierno, pese a que ayer el aeropuerto de Palma batía todos sus registros en sus 33 años de actividad. Un total de 107.000 pasajeros y 652 vuelos sufrieron retrasos de dos horas. Los aviones cargaron combustible para soportar demoras de 40 minutos sobre el espacio aéreo francés debido a las restricciones impuestas en "tono amenazante", según representantes de las compañías aéreas.

El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, que negocia con Francia una cesión temporal de la parte sur del espacio aéreo sobre el Mediterráneo que controla Marsella, pudo comprobar in situ el caos.Burdeos se convirtió, una semana más en la tabla de salvación de las operaciones aéreas con origen en los aeropuertos de Mallorca, Ibiza y Menorca, y destino en ciudades, del norte de Europa. Esa vía fue empleada por los técnicos baleares para reconducir el tráfico aéreo restringido por el centro de Marsella a un sólo paso cada 15 minutos.

El, día de más actividad en la historia del aeropuerto palmesano y que coincidió con el inicio de las vacaciones de miles de españoles, transcurrió con la constante amenaza de los retrasos.

"Amenaza intolerable"

Ayer por la mañana el centro de control de Palma recibió, un telegrama de Marsella que fijaba la frecuencia de operaciones que el centro francés estaba dispuesto a autorizar. Sólo un avión cada 15 minutos podía sobrevolar el espacio aéreo de esa zona francesa, paso obligado del 60% de los vuelos programados en Baleares.

El telegrama precisaba que, si esas instrucciones no se cumplían, los tránsitos no iban a ser admitidos y deberían esperar en los pasillos asignados. "Es una amenaza intolerable y una declaración de principios de que los franceses están dispuestos a todo para paralizar el tráfico turístico de Baleares y obtener mejoras en su convenio", declaró ayer Salvador Vila, portavoz de las compañías aéreas que operan en el aeropuerto de Palma.

Para prevenir situaciones extremas, todos los aviones que ayer despegaron de la terminal aérea de Mallorca lo hicieron con el excedente de combustible necesario para soportar esperas en el espacio aéreo galo de hasta 40 minutos.

En los aeropuertos de Baleares las medidas adoptadas por el Gobierno local y empresarios impidieron que se registraran situaciones desesperadas. Como hace siete días grupos de magos, payasos y bailes regionales amenizaron la espera.

Los hoteleros retuvieron a sus clientes en los establecimientos y los mayoristas tenían instrucciones de no trasladar a los turistas al aeropuerto hasta tener confirmada la hora de salida del avión. Además estaba previsto repartir 300 colchonetas para que los pasajeros no tuvieran que dormir en el suelo, en caso de que las demoras aumentaran en la madrugada de hoy. La mayoría de los turistas afectados asumieron la situación con paciencia, dado que estaban advertidos de la anormalidad aérea. Muchos de ellos acudieron al aeropuerto provistos de comida y bebidas para mitigar la espera.

El atasco aeroportuario balear fue seguido de cerca por el ministro José Borrell, que recorrió las instalaciones acompañado por los principales representantes del sector aéreo español. Borrell informó que su ministerio ha puesto en marcha actuaciones en el marco de Eurocontrol (Organización para la Seguridad en la Navegación Aérea) en Bruselas "para rediseñar los repartos de capacidad de las rutas aéreas".

En ese contexto indicó que se ha negociado la apertura de rutas alternativas por Italia para evitar el colapso y mitigar los efectos de la congestión. Anunció que esa iniciativa había sido planteada en la reunión del Consejo de Transportes de la Unión Europea, en la OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional) y ante el ministro de Transportes de Francia.

El objetivo del Gobierno español es obtener una delegación temporal de la parte sur del espacio aéreo controlado por Marsella y asignarlo al centro de control de Palma de Mallorca.

El tráfico en los aereopuertos de Menorca e Ibiza se desarrollaba, por el contrario, con total fluidez, aunque no se descartaba que la situación empeorara al paso de las horas, como consecuencia del efecto dominó de los retrasos en el aereopuerto de Son San Juan. Borrell indicó que "se han solventado muy bien" los problemas planteados por Marsella y aseguró que la jornada "se está desarrollando con retrasos medios de 80 minutos".

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