Adiós al barrio de Maravillas
Los madrileños acudían al cine Dos de Mayo de la misma forma que hoy van a los pubs de San Vicente Ferrer. Una sola diferencia: Malasaña era entonces un barrio limpio y apacible donde los vecinos sacaban las sillas a la plaza para tomar el fresco en las calurosas noches de verano. Todos se conocían y los niños jugaban en la calle sin perturbar la tranquilidad de sus madres. El ambiente hacía honor al nombre que el barrio tenía antes de la guerra civil y que Rosa Chacel describió en su novela, el de Maravillas.Coincidencia o no, el caso es que el incendio del cine Dos de Mayo en 1969 marcó también el comienzo de la decadencia de una de las zonas más típicas de Madrid. "Había hasta una comisaría en la calle Daoiz y podías pasear a cualquier hora del día o de la noche.
En la calle Espíritu Santo ponían todos los días un mercadillo de frutas. "Ese rastrillo y la sala de cine le daban mucho ambiente a la zona", rememora Isabel Fernández, una de las tres hijas del proyeccionista del Dos de Mayo, a quien no le gusta ahora acercarse por Malasaña. "Allí pasé los mejores años de mi vida, y verlo ahora tan triste, sucio y decadente, me da una pena terrible".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.