Réplica de Carmen Mestre
En el número del miércoles 20 de julio de su periódico vuelvo a leer la acusación de que bajo mi mandato como presidenta de la Cruz Roja Española se cometieron múltiples irregularidades en la gestión de la institución.Dado que su periódico ha dedicado amplios y numerosos espacios a realizar estas acusaciones durante los últimos meses, me acojo al derecho de réplica que la legislación me concede para hacerle notar lo siguiente: como ser humano he podido cometer errores o tomar opciones que no hayan sido las óptimas, pero niego rotundamente la existencia de irregularidades en los ámbitos de mi competencia. De ahí que ninguna prueba de dichas irregularidades haya podido encontrarse en los dos meses y medio desde mi dimisión.
En un país donde tantas veces los medios de comunicación, incluido el suyo, se muestran favorables a la dimisión de cualquier cargo público, su periódico no parece entender que el sentido de responsabilidad puede conducir a tomar una decisión en beneficio de la. institución, aunque dolorosa en lo personal, como la de dimitir. Aunque no se hayan cometido irregularidades. Por el contrario, las consecuencias de los intentos de control y politización que expliqué en mi nota de dimisión como causas que hacían necesaria la misma no les ha merecido interés.
No creo que pueda existir causa ni razón alguna en cuyo nombre pueda pervertirse la verdad y la razón en la forma en que se ha hecho con mi persona y mi gestión. Se han falsificado documentos, se han lanzado imputaciones carentes del más mínimo fundamento y se ha olvidado que nunca pueden justificarse estos medios cuando lo que está en juego es la dignidad de una persona, por irrelevante que pueda ser.
Creo que la libertad de prensa es un derecho inalienable de cualquier Estado democrático, pero considero que este derecho debe ser correctamente ejercido, con responsabilidad y con conocimiento de causa. En mi caso no ha sido así, y me resisto a aceptar que puedan volver a repetirse procesos como el que he vivido, en el que no se ha respetado siquiera la presunción de inocencia y que ha estado cargado de malicia.-
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