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EL COMIENZO DE UN SUEÑO

La futura 'Castellana' de 55 kilómetros se ha encogido a sólo 15

A la percha (una carretera de 55 kilómetros entre la M-40 y la M-50) en la que el Partido Popular quería colgar sus nuevos barrios se le han caído algunos brazos. El traje que el Gobierno municipal preparaba para la ciudad del 2020 ha encogido en el último año. La futura Castellana -llamada así por sus 100 metros de anchura y por sus zonas arboladas- de 55 kilómetros que el equipo de urbanistas contratados por el PP había ideado para conectar todos los nuevos conjuntos residenciales del sureste de la ciudad se ha quedado al final en una Gran Vía de 15 kilómetros. Algunos urbanistas y políticos colgaron el nombre de Felipe VI a esta avenida porque debía estar en servicio durante el reinado del hoy Príncipe de Asturias. Pero sólo el Ayuntamiento de Madrid, en la última fase de redacción de sus crecimientos futuros, ha acogido este proyecto. Los restantes municipios metropolitanos por donde debía transcurrir la carretera -estaba proyectada desde la carretera- de Barcelona a la de La Coruña- la han descartado.Luis Rodríguez Avial, el arquitecto director de la Oficina del Plan General, culpa del tijeretazo sufrido por la Gran Vía de Felipe VI a los otros ayuntamientos -Getafe, Leganés, Alcorcón, Majadahonda- y al portavoz socialista Juan Barranco: "Fue quien calentó a los alcaldes para que rechazaran nuestra propuesta". El edil socialista José María de la Riva contesta: "Pretendían hacer la avenida de la especulación de la que colgarían sus nuevos barrios, pero se han dado cuenta de su gran error". Rodríguez Avial anuncia que el Ayuntamiento de Madrid mantendrá los 15 kilómetros de vía que discurren por la capital. Del tren monoviga que conectaría esos barrios y municipios no se ha vuelto a hablar.

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Campamento

Los técnicos también han eliminado del primer documento del futuro Plan General la variante norte proyectada a la carretera de Extremadura (N-V) bordeando Campamento. Obras Públicas prefiere otra que entre por el sur de la N-V hacia Carabanchel.Ayuntamiento y Comunidad sí coinciden en que la autopista de peaje que entrará desde Guadalajara por el norte de Barajas debe poner sus cabinas para cobrar las tasas a partir de la M-50. El último tramo, el que penetra desde la M-50 hasta la M-40 entre La Moraleja y los nuevos barrios del norte, será de acceso libre si las administraciones local y regional consiguen convencer al ministro José Borrell.

La última gran novedad tiene que ver con el tren. El ministerio ha olvidado su pretensión de construir otro túnel de la risa por el centro de Madrid para acoger una línea de cercanías transversal desde Barajas y el corredor del Henares a Campamento. El objetivo ahora es que el tren supere el aeropuerto, llegue a Hortaleza y de ahí hasta Chamartín.

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