El nuevo presidente bielorruso nombra primer ministro a un banquero reformista

Alexandr Lukashenko, político que se hizo famoso como jefe de una comisión parlamentaria de lucha contra la corrupción, juró ayer como primer presidente de Bielorrusia y, de inmediato, propuso como nuevo primer ministro a un banquero de 46 años, Mijaíl Chiguir, partidario de una economía de mercado que, en una primera fase, mantenga firme el control de los precios.

Lukashenko arrasó en la segunda vuelta de las elecciones, con el 80% de los votos, mientras que su contrincante, Viacheslav Kévich, que a la sazón encabezaba el Consejo de Ministros, obtuvo sólo un 14%.

"La principal tarea es garantizar una vida digna a nuestros ciudadanos. Dios quiera que nuestro pueblo pueda sentir cierto alivio en el próximo año", dijo Lukashenko en un breve discurso, refiriéndose a la crisis por la que atraviesa Bielorrusia.

El presidente prometió defender los derechos humanos, las libertades y la independencia del país, y aseguró que durante su administración no podrá haber otra dictadura que la de la ley.

"Estoy a favor de las reformas. Bielorrusia no puede ser una isla entre los Estados que están avanzando hacia una economía de mercado", declaró Chiguir. Y añadió que, "por el momento", es partidario de que el Estado regule la libertad de los precios, aunque admitió que esto "no es normal".

La vía del mercado

Stanislav Bogdankévich, economista liberal que sigue al frente del Banco Central, se mostró convencido de que Chiguir aplicará una política de cambios. "El programa de Lukashenko estará orientado a la economía de mercado. Simplemente no hay otro camino", manifestó.El presidente bielorruso también propuso candidatos para los ministerios clave de Exteriores y Defensa. El primero lo encabezará VIadímir Senko, embajador en Londres, y el segundo, Anatoli Kostenko, que fue jefe del distrito militar de Bielorrusia antes de desaparecer la URSS.

El Parlamento suspendió ayer sus labores sin entrar a discutir la candidatura del nuevo primer ministro para dar la posibilidad de que el presidente Lukashenko se entrevistara con los jefes de las delegaciones extranjeras que asistían a la inauguración. La reunión con el viceprimer ministro ruso, Alexandr Shojin, fue la más importante de las que sostuvo ayer Lukashenko. El presidente bielorruso subrayó que, según Shojin, "Rusia no se desviará de su curso hacia la unión económica de ambos países".

El principal asunto discutido por Shojin y Lukashenko fue el acuerdo de unión monetaria que, aunque firmado en abril, aún no funciona. Rusia insiste en que el Banco Central bielorruso debe perder su derecho emisor, mientras que éste desea conservarlo. Lukashenko debe viajar a Moscú en agosto para empezar a negociar la integración económica y preparar con el líder ruso, Borís Yeltsin, "un amplio tratado político".