Despegue y aterrizaje forzoso
El aeropuerto de Barajas fue ayer uno de los edificios más visitados de Madrid: los que despegaban rumbo a las vacaciones huyendo de ser aplastados por los 40º de calor se enredaron. con- quienes, a la fuerza, tuvieron que aterrizar del veraneo en pleno mes de julio. En la terminal de vuelos internacionales se registró un 60% más de viajeros de lo habitual, mientras que los destinos nacionales atrajeron a un 20% más. A ese trasiego hay que añadir la concurrencia de familiares que, para, dar la bienvenida o desear buen viaje a los veraneantes, embotellaron los pasillos del aeropuerto. La mayoría acudieron en coche y consiguieron contagiar a Barajas con los estacionamientos en doble fila y aparcamientos colapsados que enferman habitualmente a la ciudad.
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