"¿Roldán?, que tire de la manta todo lo que quiera"

Aún no hace un mes desde que Ángel Olivares tomó posesión como nuevo director general de la Policía. Su nombramiento fue el broche de la amplia remodelación emprendida por el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, en la cúpula policial. Burgalés, de 39 años, administrativo, tiene ante sí el reto de modernizar la estructura del Cuerpo Nacional de Policía y acercarlo a los ciudadanos.Pregunta. ¿Qué modelo de policía pretende implantar?

Respuesta. La policía debe ser un agente de cambio y tiene que adaptar su organización y es tructura a las nuevas demandas sociales. No puede ser que la sociedad evolucione a una velocidad vertiginosa y que los cuerpos policiales avancen a un ritmo menor. Hay tipos delictivos, generadores de gran alarma social, que requieren que se mejoren las estructuras para luchar contra ellos. Me refiero a cuestiones que no han sido suficientemente atendidas, como la prevención y represión de cualquier tipo de corrupción, los delitos ecológicos y urbanísticos, los delitos de cuello blanco...

P. ¿Cuáles son sus prioridades?

R. No se me puede escapar que una de las exigencias de los españoles es la localización, detención y puesta a disposición judicial de Luis Roldán. Ése es un objetivo prioritario para cuya consecución no se está escatimando ningún medio humano ni material. Y también que el Cuerpo Nacional de Policía pueda incrementar su presencia en la calle, luchar eficazmente contra el narcotráfico, el terrorismo y la delincuencia organizada.

P. ¿No cree que la policía está muy alejada de los ciudadanos?

R. La labor investigadora no debe ser incompatible con el contacto directo de la policía con el ciudadano. Las grandes armas que tienen las policías modernas son la prevención y la investigación. La prevención es imposible si no hay un contacto directo estrecho de los agentes con la sociedad. Y para la investigación e imprescindible contar con medios humanos y técnicos suficientes para afrontar la lucha contra una delincuencia que dispone de apoyos económicos absolutamente desorbitados.

P. ¿Va a sacar usted, entonces, más agentes a la calle?

R. Todos los que puedan ser destinados a tareas operativas, lo serán. Aunque eso suponga que funciones de otro carácter tengan que ser efectuadas por funcionarios de cuerpos generales o de otra naturaleza. Los funcionarios policiales realizarán las misiones que estrictamente deben ser realizadas por funcionarios policiales.

P. ¿Es necesario que existan dos grandes cuerpos policiales en España: la policía y la Guardia Civil?

R. Creo que no supone ninguna merma en la eficacia del conjunto de las fuerzas de seguridad del Estado. Todo lo contrario. No hay que olvidar tampoco que a la Guardia Civil se le asignan funciones que no son estrictamente de seguridad ciudadana y que tendrán que ser definidas por el Parlamento.

P. ¿La búsqueda del fugitivo ex director de la Guardia Civil está restando efectivos de la lucha antiterrorista?

R. En el Cuerpo Nacional de Policía, no. En la localización de Roldán no se están escatimando medios, pero ello no va en detrimento de la lucha antiterrorista, cuya eficacia va a ser incrementada con las modificaciones que se están introduciendo en la comisaría general de Información. Estos cambios no van a suponer merma alguna en la eficacia antiterrorista.

P. ¿Se va a atacar más a fondo la corrupción en el cuerpo?

R. Habrá más medios. Tengo la voluntad firme e inequívoca de detectar y reprimir cualquier tipo de desviación en la conducta de los funcionarios. Pero las prácticas de corrupción son absolutamente minoritarias y una amplísima mayoría de funcionarios son los primeros interesados en que se reprima con dureza cualquier tipo de corrupción.

P. ¿En la policía hay un sentimiento favorable a que se conceda el régimen de semilibertad a los ex policías José Amedo y Michel Domínguez?

R. Lo que se exige es que tengan un tratamiento igualitario y que no sufran ningún tipo de discriminación con relación a situaciones homogéneas.

P. En el cuerpo hay cierta desmoralización, sobre todo por problemas retributivos.

R. Efectivamente, he detectado algo que me parece lógico y normal: que los policías demandan que se cumplan las previsiones del acuerdo marco para la modernización del cuerpo que se firmó entre sus organizaciones sindicales y el Ministerio el Interior. El cumplimiento de este acuerdo no ha sido posible por las circunstancias económicas del país, pero en este momento estamos en condiciones de desarrollarlo en su integridad. En las nóminas del mes de julio ya se incrementa la retribución en un 3 o 4%, dependiendo de las circunstancias, y esta mejora va a ser consolidada con efectos del 1 de enero de 1995. En septiembre u octubre habrá una batería de medidas para mejorar los salarios.

P. Muchos policías se quejan de que ellos están mal pagados mientras los mandos de Interior se han enriquecido...

R. Una de las mayores injusticias que se pueden cometer es que actuaciones individuales corruptas, que nos repungan a todos, supongan una merma en la credibilidad de centenares de personas que desempeñan los cargos públicos con honestidad.

P. La actuación de Luis Roldán ha sido una tremenda mancha para la clase política, ¿no?

R. Por eso tenemos un interés especialísimo en localizarle y ponerle a disposición judicial. Su actuación debe ser penada y debe restablecerse la credibilidad del resto de los funcionarios públicos que han tenido responsabilidades semejantes a las que tuvo Roldán. No vamos a poner ningún tipo de traba ni escatimar esfuerzos para detener a este individuo.

P. ¿Qué piensa de las amenazas formuladas por Roldán respecto a tirar de la manta?

R. Roldán que tire de la manta todo lo que quiera. Me parece que en el Ministerio de Justicia e Interior no se tiene ningún tipo de prevención a que el ex director de la Guardia Civil sea puesto a disposición judicial. Todo lo contrario; queremos que acuda ante el juez. El mayor daño que Luis Roldán hace ahora es que esté huido.

P. Hace unos días se ha conocido el asesinato de dos presuntos narcotraficantes arrepentidos. ¿Está la policía preparada para proteger a estas personas?

R. Es muy lamentable que se haya producido este hecho que, sin duda, ha sido posible porque las fuerzas de seguridad no tenían información suficiente. Pero la policía empleará todos los medios para garantizar la seguridad de quienes colaboren con la justicia.

P. ¿Es partidario de un control parlamentario de los fondos reservados?

R. No tengo nada que objetar, siempre que se cumpla con la cautela y no se comprometa la finalidad para la que existen esos fondos. Yo estoy en condiciones de garantizar que no hay ni una peseta que se destine a una finalidad diferente a la prevista por la ley.

P. Hoy está vedada la investigación judicial de los fondos reservados. ¿No conlleva eso cierta impunidad para los funcionarios que se apropien de ese dinero?

R. Eso es en cumplimiento de la propia ley, que cuando los califica de secretos impide que hablemos de cuál es su destino. A nivel interno se están poniendo las cautelas necesarias para garantizar que esos fondos no se destinan a otra finalidad. Si hay corrupción, nosotros seremos los primeros en denunciarlo. No hay impunidad para nadie.

P. ¿La reciente renovación en la cúpula policial se debe a que la estructura estaba anquilosada?

R. Los cambios pretenden dar respuesta a las nuevas demandas sociales de una policía moderna y democrática. Y eso nos lleva a la necesidad de estar continuamente haciendo cambios organizativos y de personas. En este momento es preciso que haya unos cambios muy intensos, radicales, en la manera de prestar el servicio.