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MUNDIAL 94

Si, pero...

El conjunto de Parreira soporta cada día las críticas de los periodistas

Ramon Besa

Brasil aguarda la final con la misma rutina que ha afrontado los partidos precedentes.. Juegan siempre los mismos, tienen por norma respetar por igual a todos los rivales y aguantan a diario La misma coletilla: "si, pero...". El equipo no acaba de gustar y, sin embargo, ahí está, al final del pasillo, con una puerta a cada lado: una conduce a la gloria y otra a la miseria. Nunca hubo purgatorio en el fútbol y menos en Brasil."Es la historia de cada encuentro desde que llegamos a Estados Unidos", admite Mauro Silva. "La presión es la misma que tuvimos contra Rusia cuando debutamos. El entorno nos ha planteado cada choque como un exámen, como una final,. como un camino sin otra salida que la victoria". El grupo ha crecido y madurado entre reproches. Parece un conjunto parido a disgusto de quienes le juzgan. La mayoría de técnicos han estado un mes parapetados en escudos rechazando las flechas de la prensa. "Prefiero que nos eliminen a ser campeón del mundo con este equipo", llegó a decir públicamente un periodista brasileño después de la victoria mínima sobre Estados Unidos en octavo! de final.

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Brasil ha manejado especialmente, dos conceptos en esta Copa. La confianza y la paciencia. Nunca tuvieron prisa. El portero Taffarel lo sintetiza en una frase: "Sabemos que es muy difícil que nos metan un gol y, por otra parte, estamos convencidos de que nosotros tendremos las suficientes ocasiones para marcar". La defensa es un cerrojo y la pareja Romario-Bebeto un seguro de gol: ocho de los 11 que ha marcado la selección. ¿Es hoy Romario el Pelé del Brasil de 70% se le pregunta a Lobo Zagalo, el que fuera entrenador de aquella selección que ganó en México y que hoy es el consejero de Parreira. "Romario es muy importante para este equipo", responde, "pero Pelé es el atleta del siglo".

Siempre la misma comparación. Cada día se pregunta las similitudes y las diferencias entre el Brasil que ganó el último título, hace 24 años, y el que aspira a proclamarse primer tetracampeón de la historia. Zagalo, en cualquier caso, siempre aporta nuevos argumentos: "Me acuerdo que me llamaba- n estúpido, porque puse a Rivelino de extremo izquierda cuando era un centrocampista y porque alinee en un mismo equipo a Pelé y Tostao, dos jugadores que en sus clubes ocupaban la misma demarcación. Me decían entonces que estaba loco porque volvía al modelo del año 1958 cuando ganamos la Copa en Suecia".

Parreira asiente: "Nuestro gran secreto ha sido saber jugar sin balón". Coincidencias de la vida. Parreira era el preparador físico de aquel equipo que Zagalo hizo campeón. Lógico que comparta su filosofia. Los dos defienden como- nadie el lema de la bandera brasileña: "Ordem e progresso".

El seleccionador de Brasil no cambia su discurso ni aunque el rival se llame Italia y el partido corresponda a la final de la Copa del Mundo. ",Siempre hemos jugado igual", reitera.- "Sólo en el partido contra Suecia modificamos algo el especto defensivo -Mauro Silva ejerció de libre mientras Aldair y Marcio Santos marcaban a Dahlin y Kennet Andersson-, porque ellos tenían delante dos gigantes. Pero son los demás los que deben preocuparse de nosotros".

"No voy a cambiar el estilo de juego ahora que hemos llegado a la final", prosigue Parreira. "Puede que a algunos no les guste, pero entiendo que merecemos estar en la final, porque somos el equipo más goleador, el menos goleado y el que menos puntos ha perdido".

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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