Felipe for president!

Todas las críticas que pueden hacerse a Felipe González desde la izquierda por su política económica neoliberal y por no haber impedido una corrupción escandalosa -y ambas cuestiones están relacionadas, desde mi punto de vista- no restan ni un ápice su condición de estadista- europeo. Es innegable su contribución a la construcción europea y el amplio consenso que suscita, incluyendo a su mentor como presidente de la Comisión Europea, Helmut Kohl, canciller alemán y líder del más numeroso grupo parlamentario de la derecha europea.La elección de González como presidente de la Comisión Europea fortalecería el eje mediterráneo de una Europa que crece hacia el Norte. En ese sentido sería positivo para España.

González no es imprescindible para la solución de la actual crisis política que vive España. Por el contrario, su dimisión como presidente del Gobierno para ocupar la presidencia de la Comisión Europea podría desbloquear la situación actual y abrir una etapa de transición con un Gobierno presidido por el PSOE y consciente de la necesidad de negociar y pactar con todo el espectro político hasta que la próxima convocatoria de elecciones generales determinara el nuevo mapa político.

. España no se puede permitir el lujo de desaprovechar esta ocasión de consolidar nuestro peso político en la Unión Europea, por más críticas que deban hacerse a las insuficiencias del Tratado de Maastricht y a la política económica del PSOE.-