Arafat reivindica, Jerusalén en su regreso triunfal a la ciudad palestina de Gaza
"¡Nuestra sangre, nuestro espíritu, los sacrificamos por ti, Arafat!". El viejo grito de guerra de los palestinos vibró ayer con impetuoso timbre en la frontera con Egipto mientras el veterano ex guerrillero daba los primeros pasos en Palestina en su histórico retorno tras años de guerras y exilio. Yasir Arafat tenía los ojos humedecidos por las lágrimas cuando se arrodilló, besó su tierra y oró brevemente ante una multitud. Ya en Gaza, y ante decenas de miles de enfervorizados seguidores, tronó: "De Gaza iremos a Hebrón, y a Nablús, y a Tulkarm, y a Beit Jalla, y a Beit Sahour, y, por fin, a Jerusalén".
La histórica llegada a la frontera se produjo ante los ojos incrédulos de los palestinos y de diplomáticos bien trajeados que le dieron la bienvenida en una fugaz ceremonia al sol en el cruce fronterizo de Rafah. Horas después de ese emotivo voto de lealtad al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, el viejo combatiente transformado en pacifista Volvió a la carga. Y arrancó llanto y largas loas a Alá cuando declaró sin titubeos que su entrada en Gaza no es sino una etapa en la marcha de los palestinos hacia la ciudad santa de Jerusalén. Resultaba absolutamente imposible determinar siquiera aproximadamente cuánta gente lloró ayer sobre las arenas de Gaza. La llegada de Arafat tras 27 años de destierro produjo una conmoción para la cual ni los ancianos de esta paupérrima franja liberada de la ocupación israelí podían hallar comparación en sus memorias. Gaza tronó ayer ya no de ira, sino de alegría e ilusión. En la Jerusalén reivindicada por Arafat, mientras, apenas unos centenares de extremistas judíos venteaban su odio contra el líder palestino, a quien amenazaban de, muerte. El fracaso de esta protesta sorprendió a sus organizadores, que prometieron mostrar hoy toda su fuerza con motivo del día sagrado judío. Tampoco los radicales palestinos hicieron mella en la jornada, pues se limitaron a repudiar la visita. Arafat tiene previsto pasar un día en la ciudad de Jericó, futura sede de la Autoridad Palestina, antes de viajar a París el próximo martes.
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