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Pujol defiende el pasado de De la Rosa y no comenta la crisis de sus negocios

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, renovó ayer su defensa histórica de Javier de la Rosa y pasó de puntillas por el momento actual del financiero, dejando que sea la justicia la que decida sobre su comportamiento en el mundo de los negocios. Las declaraciones de Jordi Pujol, en un momento de máxima tensión en la gestión empresarial de De la Rosa, reavivan la polémica acerca de su opinión sobre el financiero catalán.

"Habrá gente que se me tirará encima y me dirá que no lo tengo que decir, pero la gente que se me echa encima fue incapaz de mover un dedo por ninguna de estas empresas [Torras, Ercros, Coma Cros, Burés], ni con dinero, ni escribiendo en los diarios, ni tomando ninguna postura", señaló Pujol en en la ciudad holandesa de Leetiwarden.Pujol defendió las iniciativas del financiero que salvaron muchos puestos de trabajo, pero no quiso decir nada sobre el presente de sus negocios argumentando que desconocía "el intríngulis" de muchas operaciones y "si alguien había salido perjudicado". Una actitud contraria, tuvo el ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray, quien a preguntas de los periodistas fue tajante: "Permítanme que exprese mi personal reserva sobre De la Rosa. No digo más".

Sí habló de la ética en la política y en las finanzas: "La ética de las finanzas, la ética política es muy importante; a veces puede pasar, ya lo admito, que se salven unas empresas a través de una actitud poco ética y que eso sea más perjudicial a la larga si la ética colectiva del país queda más perjudicada", señaló.

Pujol explicó: "Hay dos motivos que en algunos momentos me movieron a decir: 'No se metan más con Javier de la Rosa'. Primero, a mí me molesta, tremendamente cuando tengo la sensación de que se va al acoso y derribo de alguien, y a veces he tenido la sensación de que este deseo de destruir a una persona existía. Cada vez que se quiere destruir a una persona a mí me da asco, y me repugna; yo he sido objeto de campañas de destrucción en más de una ocasión y sé lo que se siente". Pujol recriminó vivamente la manera como se habían producido las detenciones de Mariano Rubio y la esposa de Luis Roldán. El presidente catalán prosiguió su defensa con un segundo argumento: "Al final, la historia y el tiempo dirán lo que tengan que decir de Javier de la Rosa, pero en Cataluña hay unas cuantas empresas que suponen unos cuantos miles de puestos de trabajo que no existirían sin él. Lo hizo mal y tuvo que salir, pero las fábricas no existirían sin su intervención".

A juicio de Pujol, De la Rosa es un hombre "que ha hecho cosas buenas y malas, como todo el mundo. Al final, el resultado puede no haber sido bueno para él; después de todo, muchas de estas operaciones [de salvación de empresas] le han reportado pérdidas, pero las empresas se han salvado y las ha salvado él".

En el mismo paquete de empresas salvadas por De la Rosa, Pujol incluyó al parque Tibigardens de Tarragona. El presidente autonómico quiso dejar claro que él no quería hablar del presente, sino del pasado y que tampoco pretendía hacer juicios sobre el momento actual.

El fiscal jefe de Cataluña, Carlos Jiménez Villarejo, afirmó que la fiscalía "está abierta de par en par" a los accionistas de Tibidabo que deseen emprender acciones contra De la Rosa.

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