Hasta las cartas se derriten
Los carteros de Pacífico protestan por el calor que padecen en su estafeta
Los carteros de Pacífico no sólo utilizan carritos en su trabajo. También abanicos, para soportar las temperaturas tropicales que padecen en su estafeta, en el número 11 de la calle de Narciso Serra. A primera hora de la tarde de ayer, medio centenar de los 90 empleados de esta oficina del distrito 7 de Correos se plantaron en la calle con sus abanicos y trajes de baño para protestar por el calor, la falta de espacio y la suciedad del local.El plan era que todos acudiesen vestidos con bermudas y biquinis. Pero al final sólo unos pocos se animaron a tomar aires playeros. Otros, según se caldeaba la protesta, optaron por quitarse la camisa. La concentración duró 20 minutos, el tiempo del bocadillo.
Florencio Rosiel, cartero y delegado sindical de CC OO, asegura que "además del problema del calor y la falta de renovación del aire, en la oficina hay poco espacio para que trabajen 45 personas a la vez en la clasificación de la correspondencia y hacen falta también más taquillas y baños".
"En marzo de 1993 solicitamos a la dirección de Correos que subsanase las deficiencias, nos contestaron que los arreglos se iban a iniciar para finales de año; en 1994, como no se hacía nada, decidimos denunciar la situación a la inspección laboral", añade.
Ayer, ante la inminente protesta, Correos llevó a la sucursal varias consolas de refrigeración. "¿Los habrán sacado del Rastro?", se preguntaban los carteros ante el aspecto de los aparatos. Responsables de Correos impidieron a los periodistas la entrada a la sucursal para comprobar las denuncias. Reconocieron que la reforma de esta y otras sucursales, prevista para 1993, no se ha iniciado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.