Bakero: "Antes de jugar con Suiza hay que hablar mucho"

El equipo español regresó ayer a los entrenamientos con la mente cargada. Los futbolistas analizan lo sucedido en la primera fase para preparar con éxito los octavos de final frente a Suiza. Hay reflexiones de distinto tipo. La mayoría, en cualquier caso, sor¡ comentarios sin pluma, cámara o cassette de por medio. Hay una gran coincidencia en que el equipo busca todavía una identidad. "Antes de jugar con Suiza hay que hablar mucho", avisa Bakero.En estas situaciones Bakero tiene normalmente la palabra. "Ha habido un poco de todo en la fase previa", relata. "Un poco de bueno, un poco de regular y un poco de malo. En el primer partido nos afectaron todos los elementos extradeportivos; en el segundo se jugó más arropado y no hizo falta ninguna motivación, porque todo el mundo nos daba como perdedores ante los campeones del mundo; y en el tercero se repitió lo sucedido en el primero". Conclusión: "Somos capaces de hacer grandes cosas, pero tenemos que mejorar bastante en otras".

El problema básico del equipo, según Bakero, "es que no hemos encontrado todavía nuestra identidad, quizá porque estamos pagando la inexperiencia del grupo". Hay, sin embargo, solución: "Antes del partido contra Suiza hay que hablar mucho, mucho, individualmente y colectivamente, de cómo ha ido la primera fase. Estoy convencido de que el seleccionador lo hará, porque antes, en otras ocasiones, ya lo ha hecho. Hay que concretar más las cosas. Lo bueno es poder hablarlo tras clasificarse".

"Espero que la raza del grupo", matiza, "no sólo sirva para el buen funcionamiento fuera de la cancha, como ya se ha visto, sino también para jugar bien al fútbol. Cada uno debe ser sincero consigo mismo y,, hablar, porque cuando se habla en público hay la posibilidad de ver cosas de las que uno no se da cuenta cuando está metido en problemas o bajo tensión". Hay tres palabras claves para descifrar: incertidumbre, inestabilidad y precipitación. "En caso de que no las corrijamos nos iremos de aquí reconociendo que no hemos solucionado los problemas que ya sabíamos". Pocos encuentran explicaciones al por qué el triángulo Guardiola-Caminero-Guerrero no funcionó de acuerdo a las expectativas que creó su alineación.