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El fuego arrasa 400 hectáreas de pinos en el suroeste

Un inmenso fuego acabó ayer con 400 hectáreas de pinos, pasto y siembra en la zona sureste de la región. Las llamas afectaron al rico y frondoso bosque de la Encomienda Mayor de Castilla, situado entre Villarejo de Salvanes (5.100 habitantes) y Belmonte del Tajo (1.100).Los bomberos y vecinos de la zona trabajaron durante seis horas, entre las 15.45 y las 22.00, hasta que consiguieron controlar todos los frentes por donde progresaba el fuego.

La alarma saltó en Belmonte del Tajo hacia las tres de la tarde. Varios vecinos del pueblo avisaron exaltados a la Guardia Civil. "Las llamas surgieron en vanos puntos", relataba Andrés, uno de los habitantes que primero vió el humo. El fuego se extendió rapidamente por el sequedal en que se había convertido el monte por la falta de lluvias en las últimas semanas. El viento racheado avivó las llamas que saltaban con facilidad entre los cortafuegos.

En un principio se trasladaron hasta Belmonte del Tajo diez unidades de bomberos, dos helicópteros y un hidroavión. Pero fueron insuficientes. A las cinco de la tarde se sumaban a las tareas cuatro coches más del servicio de extinción de incendios de la Comunidad de Madrid.

Varios vecinos de Belmonte del Tajo intentaron colaborar pero la Guardia Civil les impidió el paso y cortó el acceso para evitar percances. "Si nos hubieran dejado pasar antes esto no se habría extendido tanto", se quejaba un residente de Belmonte. Un portavoz de la Guardia Civil contestaba: "Sí hubieran pasado, habría ardido mas de un bigote".

Hacia las seis de la tarde más de un centenar de habitantes de Belmonte del Tajo comenzó a ayudar a los bomberos. Provistos de palas y ramas los vecinos intentaban que las llamas no avanzaran. A las nueve de la noche el incendio estaba por fin controlado según los bomberos. Un portavoz de este cuerpo indicó que las tareas habían sido muy difíciles. "Hemos tenido todo en contra: una vegetacion casi continua y un terreno difícil para atacar las llamas que, además, comenzaron por varios puntos", explicaba el oficial al mando de más de un centenar de personas.

"Algo en contra del pueblo"

En el pueblo nadie entendía quién podría haber provocado un fuego en esa zona ajena a las llamas durante mas de un siglo. Juan, un jubilado, vecino de Belmonte comento: "Ha sido alguién que lo ha hecho voluntariamente porque tenía algo en contra del pueblo o de la persona dueña de esos pastos".

El guarda del monte explicaba anoche en la plaza de Belmonte que el daño era irreparable. "Se ha echado a perder mucho pino pero también siembra de cereales", agregaba. Cuatro coches de bomberos se quedaron anoche vigilando la zona para evitar la resurreción del fuego.

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