"América Latina será a finales de siglo ir el sureste asiático"
"No estaría en esto si no fuese optimista". Burki -en Madrid la pasada semana- expresa así el talante con el que hay que afrontar los problemas de los países en desarrollo.
De nacionalidad paquistaní, pero responsable de Latinoamérica, Burki afirma que esa aparente paradoja sólo refleja lo que es el Banco Mundial: "Un sitio fascinante. En una reunión, cada persona puede ser de un país distinto, pero no somos conscientes de ello, porque lo único que nos preocupa es el desarrollo del mundo".Pregunta. América Latina ha sido una de las zonas con mayor crecimiento económico de los últimos años. ¿Cree que se mantendrá la bonanza?
Respuesta. Sí. Tanto América del Sur como Central están saliendo de una recesión muy severa. Sus economías estaban sometidas a una enorme presión: la enorme deuda y los problemas políticos internos. Eso ha desaparecido ahora.
P. ¿Y se están aprovechando suficientemente las enormes entradas de capital que acuden desde el resto del mundo?
R. La respuesta es no, porque estos flujos de capital son muy volátiles. El 75% del capital que acude a países latinoamericanos es especulativo, no a largo plazo. Y esto se nota en cuanto aparece una cierta inestabilidad política, que puede ser momentánea, como ha ocurrido recientemente en México. Cuando el capital se coloque a largo plazo las inversiones serán más seguras y productivas.
P. Mientras tanto, ¿deberían estos países tomar medidas para frenar este tipo de movimientos especulativos?
R. No, no creo. Hay que dejar funcionar al mercado libremente.
P. Pero la catástrofe del Sistema Monetario Europeo (SME) ha enseñado a los países industrializados que este tipo de movimientos especulativos pueden ser muy destructivos. Tanto más en países más débiles
R. Lo que vimos el año pasado con el SME fue exactamente lo que tiene que pasar. Si los gobiernos intentan ir contra los mercados, éstos contraatacan, y ganan. Cuando se empieza a controlar, lo único que se consigue son problemas. América Latina tiene que aprender a ir de la mano de los mercados.
P. Todo lo que estamos hablando se puede aplicar a cualquier país de América Latina, con una importantísima excepción: Cuba.
R. Básicamente, Cuba es un problema político. Es muy difícil prever cómo evolucionará la economía cubana. Igual de difícil que prever la evolución del sistema político cubano. Las previsiones económicas son difíciles; las políticas, imposibles.
P. ¿Por qué dice que es un problema político? ¿No valora en absoluto las reformas económicas que Cuba intenta llevar adelante?
R. No, no. Lo que quiero decir es que... bueno, en los últimos 10 años hemos aprendido qué es lo que hace funcionar a la economía. El sistema político es bastante irrelevante. Tomen como ejemplo a China. Es socialista, pero ha hecho funcionar el sistema económico. No hay razón alguna para que Cuba no haga lo mismo. Lo importante es que los cubanos se den cuenta de que hay que hacer algo para que su economía se ponga en marcha.
P. O sea, que usted cree que para que Cuba despegue no es necesario cambiar el sistema político.
R. Lo que estoy diciendo es que se necesita un cambio fundamental. Que se permita la propiedad privada de la tierra, de los medios de producción.
P. México es quizá la otra excepción. ¿Cree que la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU y Canadá le separará progresivamente del resto de la comunidad latinoamericana?
R. Yo creo que el TLC representa una oportunidad de integración para toda América Latina. Con México dentro, me parece que otros países le seguirán muy pronto.
P. ¿Qué otros países?
R. Se ha hablado de Chile. Y en las últimas semanas, los estadounidenses les han dado ciertas ventajas a los países caribeños para que puedan exportar sus productos textiles. El TLC ha creado su propia dinámica y continuará su expansión.
P. ¿No cree que el banco ha dictado lo que se debería hacer o no en los países de Latinoamérica donde ha financiado proyectos?
R. No. El Banco Mundial opera en Estados con sistemas políticos diferentes. No tiene modelos políticos para la exportación a países en vías de desarrollo.
P. Pero sí tiene modelos económicos.
P. Modelos económicos, no. Más bien, políticas económicas. En cualquier caso, el banco no impone modelos o políticas económicas. Nuestro propósito es comprender la situación económica en un país dado. Y entonces aconsejar a la gente lo mejor para su país en ese momento dado.
P. En toda Latinoamérica, las infraestucturas de servicios -y los subsidios correspondientes- favorecen más a los ricos que a los pobres. El Banco Mundial ha financiado y controlado gran parte de estos proyectos.
R. Es cierto que los subsidios benefician más a los ricos que a los pobres. Ahora bien, si critican que no se haya tomado ningún tipo de medida para evitarlo, les diré que el Banco Mundial juega un papel de apoyo; no puede forzar nada en estos países. Nuestro trabajo es apoyar, no forzar.
P. Pero hay muchas maneras de forzar. El banco tiene una serie de criterios. Y los Gobiernos que no se acoplan a ellos no reciben financiación.
R. El control que se ejerce sobre los proyectos que financiamos es principalmente financiero. Si no tienen una rentabilidad del 12% o más no los aceptamos. Además de este criterio básico, nos interesamos en que los proyectos ayuden a los pobres, respeten el medio ambiente y contribuyan a mejorar la situación macroeconómica.
P. ¿Qué país ha evolucionado económicamente mejor en los últimos años?
P. Hay algunos que lo han hecho muy bien. Chile, Argentina, Uruguay, Colombia. En general, la recuperación en toda América Latina es bastante impresionante.
P. ¿Y qué país lo ha hecho peor?
R. Bueno, nuestro trabajo no es hacer una lista de éxitos, Los 40 principales, o algo así.
P. Pero, como economista, tendrá una opinión.
R. Es muy complicado. El desarrollo es una tarea larga y dolorosa. Yo creo que los gobiernos lo intentan lo mejor que pueden.
P. Entre los países industrializados y los del este de Asia, con una fuerza de trabajo abundante y barata, ¿dónde situaría a América Latina?
R. Desde un punto de vista económico, el mundo es cada vez más pequeño. Los mercados financieros están cada vez más integrados. América Latina está ocupando progresivamente la posición que en los últimos 10 años han tenido países como Taiwan, Corea, etcétera. Suramérica será a finales de siglo lo que ahora es el sureste asiático en el mundo.
P. A finales de siglo quiere decir en cuatro o cinco años. ¿No está siendo muy optimista?
R. No. Si lo mira en términos de renta per cápita, no hay una gran diferencia entre Asia del este, si incluimos China, y América Latina. Asia debe estar sobre los 1.500 dólares, y Suramérica, sobre los 1.200. La diferencia ahora está en la velocidad con la que doblan esa renta. Asia -contando China y Filipinas- lo hace cada siete u ocho años. Suramérica, cada veinte.
P. ¿España ha hecho suficiente por Latinoamérica?
R. Ha hecho bastante, pero podría hacer mucho más. Hace 10 años, España era un país atrasado respecto a Europa, y ha sabido ponerse a la misma altura rápidamente. Eso es lo que América Latina tiene que hacer ahora. España puede dar buenos consejos en este sentido.
P. ¿Cuáles son los grandes proyectos del banco para América Latina?
R. Vamos a centrarnos en el desarrollo de infraestructuras. América Latina no ha invertido lo suficiente en este campo, porque estaba preocupada con la deuda. Ahora habría que invertir 1.000 millones de dólares (unos 136.000 millones de pesetas) cada semana.
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