Un cura apostata en público ante sus feligreses

"No creo en la Iglesia ni en el credo de Roma. Todos somos testigos de que la Iglesia está cayendo. No tiene respuestas para la cultura. Me siento un hombre libre". Con estos argumentos, el sacerdote Manuel Pont se despidió el día del Corpus de sus feligreses de Vilamarí, un pequeño pueblo de Gerona. El cura, de 65 años, apostató públicamente desde el púlpito durante la celebración del Corpus Cristi, el pasado 5 de junio, aprovechando que se congregaron más fieles y tenía mayor audiencia".El ex-capellán, que no tiene inconveniente en que le continúen llamando cura, asegura que cree en Dios y que su enviado Jesucristo, pero que ha podido comprobar que "la voluntad de la Iglesia católica es la de dirigir, siempre al lado del dinero y del poder". Pont declaró al diario El Punt que los jóvenes se alejan de la Iglesia por la falta de respuestas y la gente mayor va a misa por rutina. Tras declarar que la Iglesia actual es espiritualmente pobre, que está estrangulada y que se apoya en el dinero y en el poder, Pont desapareció ayer de su domicilio.El clérigo prefirió comunicar su propósito primero a Sus feligreses. Después, se lo hizo saber por carta al obispo de Gerona, Jaume Camprodon. En una escueta nota, el obispo manifestó ayer que está dolido y que a pesar de que respeta esta decisión, no la comparte.

Manuel Pont asegura que esta resolución es fruto de la reflexión desde hace unos seis años. Antes de anunciarla decidió aislarse 15 días en un santuario. Según Pont, hasta ahora tenía mucho trabajo que no le dejaba "tiempo para pensar Hace poco tuvo un accidente que le obligó a convalecer durante algunos meses. "Cuando regresó nos anunció la buena nueva", comenta una vecina de Vilamarí. La mayoría de sus feligreses, aunque apenados, aceptan su decisión. "No hay bastantes vocaciones para que los pueblos pequeños tengamos un capellán por parroquia".