98 años después, un meteorito aterriza en Getafe
El bólido, de 1,4 kilos, atravesó el parabrisas de un coche que circulaba por la carretera N-IV
Lunes 20 de junio de 1994. 13.30 horas. Un meteorito de más de un kilo de peso eligió como pista de aterrizaje un automóvil, marca BMW, que circulaba por la carretera de Andalucía, dentro del término municipal de Getafe. El bólido estelar ha despertado el interés de los geólogos. El último ejemplar de meteorito que conoció la Comunidad de Madrid llegó en 1896, según explicó un geólogo del Museo de Ciencias Naturales a los encargados del taller que atendieron al propietario del turismo que colisionó con el aerolito.La masa cósmica fue entregada ayer al Instituto Geológico y Minero, quien certificó que la piedra, de color negro, era realmente un meteorito del tipo siderito, o siderolito, de 1.417 gramos de peso. El conductor del turismo, sin embargo, no podrá quedarse con tan particular recuerdo del espacio. La legislación vigente lo considera patrimonio . nacional y el Museo de Ciencias Naturales ya lo ha reclamado para su estudio, según los encargados de Vehinter, concesionario de la marca alemana en Getafe. El establecimiento se ha encargado de todos los trámites obligatorios tras el extraño accidente, ya que el dueño del automóvil ha preferido permanecer en el anonimato.Estela en el cielo
Alberto García del Olmo, de Vehinter, investigó lo ocurrido cuando el propietario del coche o llevó al concesionario para su reparación. "El dueño asegura que sólo vio una estela en el cielo", recuerda Del Olmo, "pero el meteorito atravesó el parabrisas, rebotó en el salpicadero y el volante y, desde allí, se estrelló en el techo y se incrustó en la bandeja posterior". El coche, aparcado en el taller, presente abolladuras en su interior. El aerolito ha ocasionado en el BMW 318i, matrícula M2222-Y, un destrozo extraño que ni siquiera se explican los trabajadores del concesionario: el cristal del parabrisas está fundido en la zona donde contactó el objeto estelar y no se ha agrietado como es habitual en los vidrios instalados en los automóviles. Parecidas marcas registra el salpicadero del coche, mientras que el volante está doblado. "Eso no se consigue ni golpeándolo con un martillo", asegura Adrián Cruz, encargado del departamento de carrocería, para quien el volante, "que está hecho con una barra acerada, ha salvado la vida al conductor". De hecho, el propietario del coche sólo ha sufrido la rotura del dedo meñique de la mano derecha, que recibió parte del impacto, y fue operado ayer en Burgos. Su esposa, que también viajaba en el coche cuando se produjo la colisión, esperó a que su marido fuera atendido antes de comprobar la existencia del meteorito. "Nos comentó que estaba caliente cuando lo tocó", recuerda Cruz. "Pensamos que podría ser una piedra expulsada por un camión, pero nos aseguró que el coche más cercano estaba a 200 metros", insiste.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.