Las bolsas sufren un descalabro, arrastradas por la crisis en los mercados de deuda
No hubo pánico, pero casi. Un fuerte nerviosismo recorrió ayer las bolsas europeas, que marcaron mínimos del año, arrastradas de nuevo por la caída del dólar y de los bonos alemanes. La debilidad en las plazas financieras internacionales se unió en España a la inestabilidad política, lo que provocó que el índice de la Bolsa de Madrid cayera el 1,69% (5,19 puntos) y la rentabilidad de la deuda superara el 11%. El temor a una subida de tipos de interés para paliar posibles brotes de inflación ha provocado una marejada en los mercados, cuyo fin los analistas no se atreven a predecir.
"Esto es casi un crash". "Es una caída histórica en los precios de la deuda". "Hemos seguido la ruta del infierno", son algunas de las expresiones utilizadas ayer por los analistas tras el cierre de los mercados. La crisis de la deuda golpeó ayer con más fuerza. Una nueva caída del dólar -cerró en Europa a 1,5985 marcos frente a más de 1,63 a que cotizó el viernes pasado- provocó de nuevo el descenso en los precios de la deuda alemana, y la cadena volvió a funcionar. En el resto de Europa los precios de la deuda bajaron y las bolsas, contagiadas, también.Curiosamente, la culpa de la actual crisis financiera la tiene la recuperación económica. Los grandes inversores, según Roberto Knop, de Analistas Financieros, están descontando que la salida de la crisis económica es más rápida de lo que se preveía. "Temen que ello provoque inflación y subida de tipos", dice, y deshacen posiciones. Ese temor ha llevado una gran volatilidad a un mercado que, según los expertos, se mueve ahora por razones ajenas a los fundamentos económicos.
Los precios
La deuda siguió bajando ayer. Los precios del bono a 10 años descendieron entre un punto y punto y medio, y la rentabilidad se situó al 10,83%, aunque llegó hasta el 11,2%, cuando en noviembre del año pasado estaba al 8,7%. En el futuro sobre el bono a 10 años pasó algo parecido. Su precio llegó a caer más de tres puntos, lo que Guillermo Kessler, de AB Asesores, calificó de "histórico". Y en el mercado al contado, las obligaciones a 15 años con un tipo de interés nominal del 8,2% alcanzaron por la mañana rentabilidades del 11,07%.
Por la tarde cambiaron las cosas, posiblemente porque el mercado alemán, que es el desencadenante de todas las oscilaciones en los mercados europeos, cierra por la tarde. En ausencia de presiones, el precio del futuro sobre el bono español se recuperó y terminó cayendo sólo 2,26 puntos.
Esa mejoría fue aprovechada por la Bolsa, que tuvo una sesión pegada a la evolución de la deuda. El índice general de Madrid llegó a caer por la mañana hasta 11,78 puntos, un 3,82%, para recuperarse antes del cierre y terminar perdiendo un 1,69%. Los cazagangas, como los definió un analista, aprovecharon la mejoría para hacer negocio. "Pero el mercado", dice José Sevilla, de FG, "sigue tocado de fondo". Su análisis es escueto pero claro: "Predomina el corto plazo. Se rompen las referencias y hay mucha incertidumbre".
Con la bajada de ayer el índice madrileño ha perdido en el ejercicio un 6,24%, y el 15,54% desde el 31 de enero, día en que consiguió el máximo del año.
"Los inversores han vendido mercado para comprar algo de tranquilidad", afirma Juan Antonio Bertrán, de AB Asesores. Y es que las expectativas no están claras, ni en deuda, ni en bolsa. "Nadie sabe cuánto va a durar esto", dice Henrik Lumholdt, de FG, "pero desde luego parece que varios meses. Las caídas libres no pueden seguir, pero hay mucho nerviosismo y el escenario es muy negativo".
Para Bertrán el problema no es que las caídas se sigan produciendo, sino la apatía que la actual crisis va a provocar en los mercados financieros. "Va a haber mucha desconfianza".
Si nadie aventura cuando volverá la tranquilidad, sí se identifica más el origen del dinero que abandona el mercado. En deuda, la característica es que las grandes oscilaciones de precios las provocan muy pocas órdenes de ventas. No hay grandes abandonos. En la bolsa española el que se va, según Bertrán, es dinero nacional.
En este ambiente, la influencia de la situación política tras las elecciones europeas en España es muy poca. " ¿Política?", dice un operador cuando se le preguntó ayer, "sí, creo que eso también anda mal". Sin llegar a esos extremos, ningún analista piensa que la situación política es ahora lo que mueve los mercados, pero todos coinciden que es un motivo más. "Eso, y que antes del 30 de junio los inversores tienen que dotar minusvalías en carteras de inversión y eso genera ventas adicionales", señala Knop.
El secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor, negó ayer que los inversores hubieran retirado su confianza al mercado español.
La peseta acusó la inestabilidad en los mercados financieros. Frente al marco perdió 38 céntimos y se situó a 83,11 pesetas frente a las 82,73 del pasado viernes. Sin embargo, aprovechó la debilidad del dólar y cotizó a 132,89 pesetas, 2,48 más que el viernes.
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