La izquierda polaca busca revalidar la su primacía en las elecciones locales
Los ex comunistas y el Partido Campesino, que ganaron las elecciones parlamentarias hace nueve meses en Polonia, se perfilaban anoche como vencedores de los comicios locales celebrados ayer. Los 28 millones de polacos con derecho al voto pudieron elegir ayer 52.000 concejales por segunda vez en la breve historia de su joven democracia. Los resultados oficiales no se conocerán hasta el jueves.Según las primeras proyecciones, ofrecidas por el instituto especializado OBOP, en la capital polaca se repitieron prácticamente los resultados de las elecciones parlamentarias. La coalición gubernamental, compuesta por los ex comunistas (Socialdemocracia de la República) y los agrarios (Partido Campesino Polaco), obtuvo un 19%, mientras que el principal partido de la oposición, la centrista Unión de la Libertad, un 21%. Los demás votos se han distribuido entre diferentes agrupaciones provenientes de la antigua posición anticomunista.
Según los sondeos de intención de voto, a falta de otros datos, el dominio del Partido Campesino del actual primer ministro, Waldemar Pawlak, parecía indiscutible.
La participación en la jornada electoral fue muy desigual en la ciudad y en el campo. En Varsovia la asistencia se cifró en un 30%. No obstante, en la localidad de Okuniew, a tan sólo 40 kilómetros de la capital, a la una de la tarde ya había votado un 70% de los vecinos, que acudían a depositar su sufragio tras asistir a la misa dominical.
Críticas de la Iglesia
En este sentido no se puede descartar que los recientes ataques de la Iglesia contra el Gobierno hayan influido en el resultado de las elecciones. En la recta final de la campaña, el primado de Polonia, Jozef Glemp, acusó a las autoridades de tratar de restablecer el régimen comunista en el país mediante la centralización del poder, la liberalización de la ley de aborto y los ataques contra el concordato con la Santa Sede.Los argumentos esgrimidos por los obispos polacos pueden resultar, sin embargo, un arma de doble filo. El comunismo no parece tan impopular en Polonia. El Centro de Demoscopia (OBOP) acaba de publicar una encuesta según la cual un 51 % de los polacos considera que en los últimos cinco años -tiempo transcurrido desde la caída del antiguo régimen- la situación ha cambiado para peor y sólo un 40% es de opinión contraria.
Pese al crecimiento económico del 4% registrado el pasado año y la reducción del desempleo en los últimos tres meses, en la sociedad polaca sigue predominando el desencanto y la confusión. Baja constantemente la popularidad del primer ministro, aunque éste se mantiene todavía en la cuarta posición entre los políticos más cotizados. El presidente Lech Walesa, mientras tanto, es, siempre según los sondeos, el segundo político más impopular en Polonia.
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