_
_
_
_

Los pescadores vascos piden protección de la Armada para evitar ataques de los franceses

Pedro Gorospe

La tensión entre pescadores vascos y franceses que faenan en la campaña del bonito en el Atlántico ha subido de forma alarmante. El presidente de la Cofradía de Pescadores de Hondarribia, Esteban Olaizola, lanzó ayer un mensaje de socorro a los gobiernos central y vasco. "Necesitamos buques de la Armada y barcos con inspectores comunitarios para que esto no acabe con desgracias", declaró. Los franceses pescan "protegidos por su Armada" con redes no permitidas por la UE, agregó. .Según Olaizola, los pescadores del país vecino están incumpliendo la normativa comunitaria que impide pescar con redes de superficie más largas de 2,5 kilómetros, las llamadas volantas, de hasta 20 kilómetros. Y lo están haciendo pese a que el pasado viernes el propio Gobierno francés fuera reprendido por la Comisión Europea, que le instó a tomar todas las medidas para evitar ese tipo de redes. La Comisión de Pesca de Bruselas ha certificado que los barcos franceses utilizan "redes de enmalle de longitud superior a 2,5 kilómetros". 24 horas después los pescadores galos "seguían haciendo uso de las mismas redes", critica Olaizola.

Los conflictos se producen cuando los pescadores vascos proceden a recoger las redes francesas que sobrepasan las medidas establecidas -algunas de hasta 10 y 20 kilómetros-, llegando a los enfrentamientos entre tripulaciones. El sábado se produjeron los incidentes más graves, que continuaron ayer.

Varios barcos vascos, de pequeño tonelaje y en su gran mayoría de madera, lanzaron llamadas de socorro cuando escapaban de los buques franceses Iconyc e Idodie, de casco metálico, en lo que describieron como maniobras de ataque y abordaje. Estas llamadas se repitieron también ayer, hasta el punto de hacer "difícilmente sostenible" la situación en alta mar, dice Olaizola.

El presidente de la Cofradía pidió ayer al Gobierno central que "tome medidas urgentes como el envío de uno o dos buques de la Armada para defendernos, cierre las fronteras al paso de cualquier pescado francés e inste a la autoridades comunitarias a que actúen para evitar una guerra".

La situación es tan tensa que los pescadores evitan separarse, pese a que para la captura del bonito hay que mantener cierta distancia, por miedo a ser atacados y hundidos cuando están solos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_