España y Marruecos buscan un acuerdo para trasladar presos a su pais de origen

Los gobiernos de España y Marruecos analizan desde el pasado mes de febrero la elaboración de un acuerdo bilateral que permita el traslado de los presos a su país de origen, donde los reclusos podrán cumplir las sentencias firmes dictadas en el otro país. Francia es el único Estado de la Unión Europea que ha firmado un acuerdo de estas características con la Administración de Rabat. El punto de partida para la elaboración de esta convención fue adoptado por las administraciones de Rabat y de Madrid el pasado diciembre en la reunión de alto nivel celebrada en la capital de España.

Con esta medida los dos gobiernos tratan de resolver un doble problema: el primero, de carácter humanitario, originado por la situación en la que se encuentran los presos extranjeros, que se ven obligados a cumplir penas de prisión lejos de su ámbito familiar, agravando su reinserción social; el segundo objetivo es el de intentar reducir al mínimo el índice de población extranjera en sus respectivas prisiones.El primer paso del acuerdo se dio el pasado febrero, cuando los servicios consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores español enviaron a Rabat el texto de un borrador de convención que recoge las grandes líneas de acuerdos similares adoptados con otros países y especialmente el logrado con Tailandia. Entre las características más importantes de este texto está el hecho de, que se trate de una medida voluntaria, iniciada con la solicitud formal del detenido y sometida a una serie de requisitos y controles con los que se garantiza el cumplimiento de la condena.

Cinco meses después de elaborada la propuesta, el Gobierno de Rabat todavía no ha remitido a Madrid su opinión respecto a este proyecto, pese a que existe una voluntad política clara de ambas partes para culminar el acuerdo.

Experiencia francesa

Este silencio administrativo ha empezado a provocar la preocupación de los presos interesados en la medida, así como de las autoridades diplomáticas en Rabat, que guardan, sin embargo, un mutismo absoluto con respecto al retraso.Estos medios diplomáticos recuerdan con inquietud la experiencia francesa, que constituye el único antecedente con un país de la Unión Europea. Esta convención, que lleva como título Asistencia de personas detenidas y la transferencia de los condenados, entró en vigor el pasado 4 de agosto, pero desde esa fecha ninguno de los 60 franceses presos en cárceles marroquíes ha podido beneficiarse del traslado a su país de origen, según han asegurado las autoridades diplomáticas de París asentadas en Rabat.

La complejidad del acuerdo y la burocracia del reino de Marruecos, son al parecer las causas concretas de esta ineficacia. Esta situación complica aún más la trayectoria del pacto franco-marroquí, que fue firmada en 1981, pero que permaneció durante 12 años, en el congelador de la Administración rabatí, sin que en ningún momento se diera una razón al retraso, a pesar de los requerimientos que se efectuaron para que se publicara el texto, permitiendo así su entrada en vigor.

A pesar de todos estos antecedentes poco alentadores, las autoridades españolas tienen la intención de insistir en el proyecto y de seguir promoviendo este tipo de pactos con el mayor número posible de países, tal y como demuestra el acuerdo rubricado el pasado mes de abril con las autoridades egipcias.