Acuerdo sin necesidad de cena

El presidente del Gobierno, Felipe González, y el de la Generalitat, Jordi Pujol, no tuvieron necesidad de prolongar la velada de anteanoche para ponerse de acuerdo. Pasadas las diez de la noche, tras dos horas de conversación, el jefe del Gobierno y el presidente catalán se despidieron sin que el segundo aceptara la invitación del morador de La Moncloa para que se quedase a cenar. El acuerdo es éste: si hay continuidad en la política económica y autonómica, los 18 votos de CiU se sumarán a los 155 del PSOE en el Parlamento para hacer posible la "acción de Gobierno", como gusta decir a los nacionalistas catalanes en réplica a quienes describen la situación como de apoyo al PSOE".En la reunión de La Moncloa, Felipe González intentó tranquilizar a Jordi Pujol ante las dudas que le asaltaban desde la noche del domingo, después del desastre electoral socialista. ¿Está el presidente del Gobierno en condiciones de garantizar que su partido no le obligará a cambiar de política, sobre todo económica, y lanzarse a cortejar a IU? Ésta es la principal duda de Pujol. González le dijo que tranquilo. La política económica se mantendrá y su partido no la discutirá, según las opiniones que González recabó telefónicamente desde Cartagena de Indias y las que obtuvo en las horas previas a la visita del político nacionalista.

El líder socialista restó importancia a algunas voces "minoritarias" que se habían escuchado en su ausencia en relación con un acercamiento a Izquierda Unida.

Izquierda Unida sigue muy de cerca los pasos de Felipe González, por lo que estuvo pendiente de la reunión con Pujol, y anunció ayer que la próxima semana va a presentar una iniciativa parlamentaria para que el presidente explique en el Parlamento a qué compromisos ha llegado con Pujol.