Arranca el espectáculo
España no debuta con victoria desde 1950 y el campeón no lo hace desde 1970
Se alza el telón sobre un escenario familiar. E 1 campeón del mundo -esta vez, Alemania-, contra un pardillo -esta vez, Bolivia-. El signo a colocar en la quiniela mundialista parece claro. Pero la historia delata otra cosa: desde 1970, ningún campeón gana el primer partido. A España, el primer asalto tampoco le sienta nada bien. Desde el Mundial de Brasil, en 1950, ha participado en seis campeonatos y nunca ha ganado el primer partido. Si bien Corea es una perita más dulce que Bolivia, no lo es menos que Honduras, con la que empató en su bautizo de España 82.
Los partidos inaugurales son raquíticos. Abunda la tacañería: en los últimos siete encuentros de apertura se han contabilizado cinco goles. Las mayores goleadas no han pasado de 1-0. En cuatro de los siete últimos se registró un empate.No es necesario tener la memoria muy larga para rebobinar el partido inaugural del Mundial de Italia. Argentina, con Maradona y sus compinches, contra los modestos cameruneses. El tremendo error del ex bético Pumpido, que propició el gol de Ornam-Biyik y la posterior lesión del desafortunado portero que dio entrada al inédito Goycoechea y le consagró como una de las figuras determinantes del torneo. Argentina perdió su primer partido, pero los campeones de 1986 llegaron a trancas y barrancas hasta la final de Roma.
Pero los que sólo especulan con la amplitud de la goleada alemana sobre los pupilos bolivianos de Javier Azkargorta deben tener en cuenta otros antecedentes que han penalizado al campeón vigente. La búsque (la de una victoria para los laureados recorre casi un cuarto (le siglo hasta encontrar, en el Mundial de 1970, un raquítico triunfo por 1-0 de Inglaterra sobre Rumania.
A partir de entonces, ha sido un rosario de decepciones para los campeones que han salido bajo los focos del primer acto de los mundiales dispuestos a llegar hasta el bis. En 1974, Brasil salió como favorito para repetir su escalofriante triunfo de 1970 y empató a uno con 'Yugoslavia. En 1978, los alemanes occidentales que habían birlado el título de 1974 a Cruyff y compañía, no pasaron del empate contra Polonia y, en Argentina cuajaron su peor actuación de la posguerra.
Discurso incoherente
En 1982, Menotti trajo una selección de impecable calidad -contando con el debutante Maradona- al Camp Nou, confiado en una clara victoria sobre Bélgica. Quizás afectados por descubrir en la prensa española las realidades sobre la guerra de las Malvinas que los dirigentes argentinos habían escondido a su público, pronunciaron un discurso incoherente y perdieron por 0-1.
La selección italiana que acabó eliminándoles, acudió al Mundial de 1986 con pocas credenciales para renovar su carné de campeón y sólo fue una sorpresa relativa cuando cedió un empate a uno ante la selección búlgara que seguía -y sigue sin anotar una victoria en la historia de los mundiales.
Según el seleccionador alemán, Berti Vogts, el problema a resolver ante Bolivia es el exceso de confianza que ha traicionado tantos campeones en sus estrenos. "Es una cuestión psicológica", afirma en Chicago. "Sobre todo, en un grupo como el mío, que contiene un alto porcentaje de jugadores que ya han sido campeones. Hay tina tendencia a recordar cómo se acabó la pasada campaña y no cómo se empezó. Hay que empezar con la ilusión del pr¡ncipiante y no con la comodidad del veterano".
Azlkargorta envía un mensaje similar a los suyos.. La ausencia de Etcheverry resta profundidad a su juego pero la lección que ha machacado durante toda la semana es que Bolivia puede salir mucho más relajado en el Soldier Field aún sabiéndose contemplado por un gran número de ojos famosos como los de Bill Clinton.
"Se puede decir que los alemanes son físicamente superiores a nosotros", dice el técnico vasco". Azkargorta apostilla: "Nadie puede alegar que son técnicamente superiores. Esto no es ni discutible. Así que nuestras posibilidades se centran en mover la pelota rápidamente y obligarles a correr detrás de ella". El vasco está convencido de que el calor de Chicago no favorece el gran despliegue físico "y Bolivia no tiene por qué salir como víctima". "¿La historia de nuestro lado? Pues que se repita".
A quién sí traiciona la historia es a España, una selección que se ahoga en los bautizos. Basora (2) y Zarra fueron los últimos héroes, al propiciar con sus goles una victoria sobre EE UU (3-1) en el Mundial de 1950 en Brasil. No es de extrañar que fuera la última victoria española en un primer partido. En aquel torneo España consiguió un cuarto puesto, su mejor clasificación hasta el momento. Desde entonces, seis bofetadas seguidas: Checoslovaquia (1 -0), en 1962; Argentina (2-1), en 1966; Austria (2-1), en 1978; Honduras (14), en 1982; Brasil (1-0), en 1986; y Uruguay (0-0), en 1990.
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