Lenguaje del siglo XIII
El fiscal Lucio Valcarce interrogó ayer a Juan Hormaechea sobre qué competencias en cuestiones urbanísticas tiene el procesado, como presidente de la Diputación, para paralizar, como hizo, una iniciativa del Ayuntamiento de Santander -en el que Hormaechea acababa de ser reemplazado como alcalde por Manuel Huerta- sobre un plan especial en Las Llamas, codiciada zona cercana al Sardinero. "No le sabría contestar", fue esta vez su lacónica respuesta.El Gobierno regional declaró después Las Llamas conjunto de interés cultural, pero excluyó, sin ningún informe técnico favorable, una finca propiedad de la familia de uno de los consejeros procesados, Gonzalo Piñeiro, que posteriormente fue vendida a un cuñado de Hormaechea.
El presidente regional negó que él ordenase o propusiese a incoación del expediente de bien de interés cultural, y aseguró que se trató de una decisión "política y moral" que tenía como consecuencia preservar una zona de Santander. "Fue un acuerdo de todo el Consejo de Gobierno. Lo hicimos todos a una, como Fuenteovejuna", dijo. Luego indicó que no consultó a los técnicos para conocer si el expediente era adecuado porque no tenía "ninguna obligación".
El procesado llegó a calificar el lenguaje del fiscal como correspondiente al siglo XIII, por lo que el juez Movilla llamó la atención de Hormaechea, que parecía entusiasmado por su porfía. Cuando Valcarce pareció irónicamente aludir al talante democrático del presidente regional, Hormaechea le advirtió: "Si lo dice usted con reticencia, le hago saber que mi espíritu democrático me ha servido, durante 20 años, para ser elegido por el pueblo de Cantabria. Será por algo. Y punto. No me pregunte más". Hormaechea rehusó contestar a las tres acusaciones particulares personadas en el proceso acogiéndose a su derecho constitucional, y contestó en el mismo. tono que al fiscal las escasas preguntas de las defensas.
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