"Peligrosamente caluroso"

Los mapas del tiempo de las cadenas de televisión norteamericanas se han vuelto de un rojo incandescendente. En el primer parte de la mañana de ayer, un rótulo indicaba el estado de la situación:, "Peligrosamente caluroso". En los campos de entrenamientos, los jugadores sufren la ola de calor y temen que la canícula prospere todavía más en los próximos días. Algunas selecciones se muestran más sensibles al impacto del sofoco y la humedad. "Vamos a sufrir en este Mundial", dice Baresi, el capitán de la selección italiana. "Ahora que la FIFA quiere goles ya tiene la solución: si no permiten que los jugadores beban agua durante el partido, caerán desmayados. Sin duda se verán muchos goles al final de los encuentros", comenta con un deje de ironía Jackie Charlton. Los alemanes, siempre pragmáticos, arreglaron el problema con rapidez. Su entrenador, Berti Vogts, ha suspendido los dos últimos entrenamientos matinales para cuidar los cuerpos de su legión de veteranos.El asunto comienza a alcanzar proporciones preocupantes. El calor afectará sin duda al estilo de juego y a las condiciones de los futbolistas. La imposibilidad de entregar recipientes con agua a los jugadores ha alarmado a la mayoría de los médicos de las selecciones. "Nosotros no hablamos de las actuaciones de los futbolistas. Ese es otro asunto. De lo que hablamos es de la salud de los jugadores. Y no sólo de los irlandeses. La deshidratación y el derrumbe por el calor es una emergencia médica que puede tener fatales consecuencia?, señala Conal Hooper, jefe médico de la selección irlandesa.

Jackie Charlton, entrenador de la República de Irlanda, ha cedido en su vena autoritaria a la vista de los destrozos del calor. Después de impedir que sus jugadores bebieran agua durante los entrenamientos, permitió que les entregaran una botella cada 45 minutos, después cada 30 y finalmente cada 15 minutos.

Desde las diversas selecciones se levantan voces para que la FIFA ofrezca una actitud más tolerante con la entrega de botellines de agua. En New Jersey, los jugadores italianos pierden una media de tres kilos en cada entrenamiento.

El temor es comprensible. 28 de los 52 partidos programados se jugarán a las dos de la tarde, hora local. La perspectiva es casi aterradora. Las previsiones establecen que el partido inaugural entre Alemania y Bolivia se juegue con una temperatura de 35 grados y una humedad del 85%. La única manera de afrontar el problema es con agua y con buen humor. "Más calor hace en las fábricas", respondió Clemente sobre la temperatura.