Sacchi, ¿por qué arriesgas?

A pocas horas de su debú mundialista, Arrigo Sacchi, seleccionador italiano, está padeciendo la otra cara del fútbol, la que no entiende de currículos. Las críticas de los medios de comunicación italianos arrecian contra el prestigioso ex entrenador del Milan, el técnico más aplaudido de Europa en la última década. En los últimos amistosos de Italia, Sacchi ha cambiado el sistema. Ha sepultado el 4-4-2 en favor del 4-4-3. ¡Italia, capital de la mayor fortificación defensiva que ha conocido el fútbol, con tres delanteros! "¿Por qué se complica la vida? ¿Por qué? ¿Por qué quiere más arriesgándose a tener menos?". La prensa ha empuñado el hacha.El cambio de Sacchi tiene un culpable: el mejor jugador europeo de 1993, la estrella italiana más rutilante: Roberto Baggio (Juventus). Al contrario que otros seleccionadores, el italiano no está dispuesto a dar ventaja a los contrarios. A sacrificar las inumerables virtudes de un gran jugador, aunque su titularidad obligue a modificar el sistema. Sacchi argumenta: "Podría hacer un equipo con dos delanteros -Signori (Lazio) y Massaro (Milan) o Casiraghi (Lazio)-, Baggio, por la derecha del centro del campo, tres medios que presionen y cuatro buenos defensores. No he.querido porque Baggio, dentro de un esquema de ese tipo, no podría jugar a su mejor nivel". La Repubblica apostillaba en su edición de ayer: "Ese es el equipo que a todos nos gustaría, pero a él no".

La crítica se ha decantado desde el principio por el dúo Signori-Baggio. Pero en la retina de Sacchi perdura el recuerdo de Savicevic, el montenegrino del Milan que destrozó al Barcelona en la final de la Copa de Europa. El técnico ya tuvo muchos rompederos de cabeza con la llegada de Savicevie al Milan. Su carácter indolente y su escaso rigor táctico, le dejaron a la sombra del dios Van Basten. "Baggio y Signori son dos grandes delanteros, pero dos Savicevic en el mismo equipo no lo soporta nadie".

En el nuevo esquema, Baggio ocupa el eje del ataque, Signori la banda izquierda y Berti (Inter) o Massaro el carril derecho. El 4-3-3 se acentúa en el segundo caso ya que toda la carrera profesional de Berti se ha desarrollado en el centro del campo. "Sólo pretendo reforzar la personalidad de los jugadores, no disfrazarla. No he impuesto ninguna regla, sólo he buscado soluciones", afirma Sacchi.

Al seleccionador italiano los palos le caen por todos los sitios. Las alarmas sobre el centro del campo también se han encendido: "La zona más desequilibrada dentro del rompecabezas del equipo", según la crítica. La línea está formada por Albertini (Milan)-Dino Baggio (Juventus) Donadoni (Milan). Dino Baggio: "Yo no puedo estar en el eje con sólo tres centrocampistas; Albertini está más acostumbrado. Yo no desplazo el balón del mismo modo". Sólo la defensa milanista -Tassotti, Costacurta, Bares¡, Maldini- tiene el beneplácito..

"El juego bonito y veloz provoca aplausos, el lento y aburrrido, silbidos. últimamente, en Italia lo han comprendido bastante bien". Sacchi es el culpable de sus propias palabras. Él maquilló el fútbol italiano. Hizo la luz en un país que tenía el mejor fútbol del mundo de lunes a sábado. Desde su irrupción en el Milan, también los domingos.