SOS desde SOAS

Somos un grupo de estudiantes españoles de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de Londres. Dos textos aparecidos en EL PAÍS del 1 de junio nos llamaron mucho la atención. Primero fue el artículo en el que Manuel Castells afirma desde Berkeley que África está sumida "en una tremenda crisis que no cesa de agravarse", tan honda, que "no hay ninguna razón práctica para preocuparse por África", pues a casi nadie le interesa una región que en 1989 representaba sólo un 0,5% del comercio mundial. Castells no se muerde la lengua: "África está maldita", afirma.También nos llamó la atención el apunte de Maruja Torres (página 64) en tomo al 1 Coloquio Internacional de Estudios Afro-Iberoamericanos que tuvo lugar en la Universidad de Alcalá de Henares, en el cual, "durante unos días, intelectuales africanos y latinoamericanos han reflexionado sobre la identidad plural que surge del tríptico afro-ibero-americano". Se queja Torres, sin embargo, de que no existe aún en España ningún foro, ninguna cátedra desde donde investigar el parentesco común de estas tierras.

Por eso hay que irse fuera. En SOAS nos hemos juntado una pequeña diáspora de estudiantes españoles, no llega a la decena. Nos estamos costeando el estudio de Asia y África como podemos, sin apoyo oficial. Seguimos adelante porque no creemos que ni África ni región alguna esté maldita. La única maldición sería dejar que el futuro lo colonizara desde el presente una élite tecnocrática. Hay mucha razones prácticas para preocuparse por África, Asia y el resto del mundo. Entre otras, la supervivencia de la especie.

Otra nota práctica: tiene razón Maruja Torres al resaltar la penuria investigadora española. Para paliarla, ya es hora de que tanto los Gobiernos central y autonómicos como los ayuntamientos y el sector privado apoyen de lleno el desarrollo de los estudios africanos y asiáticos en España, incluyendo la creación de becas y préstamos para estudiar en el extranjero. Costaría relativamente poco, y los beneficios a medio y largo plazo serían incalculables.

y cuatro firmas más.