La urna vacía de Los Focos

Las elecciones europeas pasaron inadvertidas para los 561 habitantes de la barriada de Los Focos. Ninguno de los censados en este núcleo de chabolas acudió a votar a la Mesa U de la sección 61, instalada en el colegio electoral del colegio Julio Cortázar, en San Blas."¿Pero ya han pasado cuatro años?", preguntó con incredulidad ayer tarde Tolisio, en medio de un paisaje de de bañeras. Para los habitantes de esta zona de infraviviendas, los votos no sirven para nada. Ana Hernández resumía así su estado de ánimo: "Y para qué vamos a votar. Votas y luego nos quitan los puestos ambulantes, y no nos dan la casa, ¡eh!".

La única papeleta que se introdujo en la urna se coló por error de un votante, que introdujo su voto antes de certificar que estaba inscrito en esa mesa.

La situación no es nueva. Los miembros del colegio ya están acostumbrados. Según Gaspar Monteso, conserje del centro, de 60 años, "hace un año, en la elecciones generales votó una persona, y en las anteriores, tres".

En Los Focos, poco después de que se cerraran los colegios electorales, muy poca gente sabía que se celebraban elecciones. José Silva, un vendedor ambulante de 30 años, se preguntaba: "Pero a quién había que votar". A su lado, otro comerciante, José Fernández, respondía que "habrá que elegir entre Felipe o Aznar, ¿no?. Aquí siempre votamos a Felipe". A su alrededor, un grupo de niños corrían descalzos.

Los habitantes de Los Focos aseguran que El Pelón, uno de los patriarcas gitanos, acostumbra a ejercer este derecho democrático. Sin embargo, en esta ocasión hasta falló Pelón. "Mira, no sabíamos que había que ir a este sitio porque aquí nadie nos ha avisado", recalcó Pelón. "Y encima dices que era Europa, eso nos lo tenían que haber explicado bien aquí, porque estamos ahora pendientes del desalojo a la Cañada Real", concluía el patriarca.

"Nadie recibió la orden para constituir la mesa", aseguró Pelón. Y a primera hora de la mañana no se presentaron los tres vecinos que tenían que presidir la mesa electoral. Como cabía esperar, tampoco acudieron los suplentes. La Junta Electoral Central designó a las 8.15 horas a tres suplentes.

Tres mujeres reclutadas por la Admininistración para paliar anomalías llegaron en un coche de la Policía Nacional hasta San Blas poco después de abrirse el colegio. Desde Cea Bermúdez llegaron Concepción Martín, funcionaria de 26 años, que ocupó la presidencia, y las vocales, Gema López, estudiante de magisterio, de 21, y Ana María López, contable de 26. Al llegar al colegio ya les comentaron que iban a pasar, un día tranquilo. A las ocho de la tarde, Gema López no se creía lo que había ocurrido. "Me comentaron que aquí no votaba nadie, pero pensaba que era broma".

La única persona que se acercó a la mesa electoral fue un patriarca, al que le correspondía depositar su voto en la urna colindante. "Cuando estaban mirando si estaba en la lista introdujo la papeleta que debía meter en la otra urna", explicó un, agente.

Los chabolistas se abstuvieron, pero los habitantes de los módulos (viviendas prefabricadas) sí ejercieron el derecho al voto. La mesa contigua, la correspondiente a, las zona modular de Los Focos, acogió 66 papeletas. El censo en esa mesa era de 489 personas.