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"No debemos ser ingenuos al liberalizar las telecomunicaciones"

"Seat recibirá dinero público si realiza inversiones" dice Juan Manuel Eguiagaray (48 años), que critica que "no se han favorecido las vocaciones empresariales" y asegura que "sería absurdo seguir reduciendo salarios para lograr más inversiones

Miguel Ángel Noceda

El ministro de Industria está tranquilo. Cree que la economía se recupera y espera poner las bases para que en España se desarrolle un tejido industrial. En este sentido, afirma que hay que aprovechar las oportunidades que ofrezca la liberalización de las telecomunicaciones, y no realizar este proceso "con ingenuidad".Pregunta. ¿Existen datos para pensar que la economía y la industria mejoran?

Respuesta. Son los propios empresarios los que vienen a decir que van mejor y que los sectores están creciendo extraordinariamente.

P. La mejora, en plena campaña electoral, es muy sugerente.

R. Efectivamente, puede parecer que el Ministerio de Industria está interesado por el proceso electoral, pero la verdad es que vamos al alza. Es la realidad y, en el debate político en el que estarnos, parece que algunos tienen mucho más interés en negar la evidencia que en contribuir en que la recuperación pueda acelerarse.

P. No obstante, hay dato negativos como el paro y el déficit comercial.

R. Los dos son positivos. Me explico: si nuestra economía crece, tienen que crecer las importaciones. Que se empiece a expresar este crecimiento junto con el de exportaciones no es un elemento negativo, todo lo contrario. La cuestión del paro es más preocupante, pero, todo hace pensar que este año podemos estar en tasas de creación neta de empleo.

P. Pero los beneficios de las empresas crecen gracias al ajuste.

R. Es verdad. Cuando digo que se nota recuperación es que el ajuste ya esta hecho. Pero ha sido demasiado brutal como consecuencia de un marco demasiado rígido que ha impedido adaptar las expectativas empresariales con suficiente flexibilidad a las condiciones económicas. Esto ha tenido una doble consecuencia: que cuando se han producido ajustes se han producido tardíamente y que los ajustes han ido unidos a costes muy importantes que han supuesto grandes pérdidas.

Vocación empresarial

P. ¿El empresario español ha aprendido la lección, tiene nivel, quiere invertir?

R. Este país no ha tendido a favorecer las vocaciones empresariales. Si acaso han tenido demasiado oropel personas que han encontrado cierto triunfo en sus vidas, pero que no han sido los empresarios constantes, silenciosos, menos brillantes, que son los que al final crean una base industrial importante. Creo que esto merece una revisión. En alguna fase ha sido más fácil ganar dinero no tanto dedicándose a la actividad industrial, sino a actividades especulativas. Afortunadamente, ya aparecen empresarios que no piensan en hacer dinero en dos años. Es una obligación de este país dar un lugar muy relevante a la función empresarial.

P. ¿Qué se puede ofrecer desde el ministerio?

R. La principal función de la política industrial es crear los factores que hagan posible la función empresarial. Y hay otras prioridades, que no se consiguen en meses ni años, como crear una base industrial en la que la presencia de capital autóctono sea suficientemente significativo, aunque huyendo de cualquier especie de proteccionismo.

P. ¿Y qué papel juegan las multinacionales.

R. La presencia de capital extranjero es necesaria en muchos sectores. Es posible seguir haciendo una adecuada simbiosis entre capital nacional y extranjero. Además, difícílmente vamos a ser competitivos en sectores a los que hemos llegado tarde y están copados por multinacionales. Por ejemplo, en el automóvil,donde se intentó tener una empresa importante y no fue posible. Sin embargo, en el área de telecomunicaciones tenemos una gran oportunidad. Sabiendo que tienen un gran adelanto sobre nosotros, podemos aprovecharnos del proceso de liberalización para crear una base industrial en interrelación con multinacionales. No se trata de decir no queremos multinacionales, me parece ridículo. Se trata de saber cómo somos capaces de que la presencia extranjera sirva para fortalecer algunas actividades en las que estamos, y cómo podemos mejorar la presencia en algunos sectores no sólo para tener una cuota en el mercado nacional, sino para salir al exterior.

P. ¿Cómo se debe hacer, pues, la liberalización de las telecomunicaciones?

R. Tenemos que ir a un mercado más abierto y aprovecharlo en beneficio del país. Pero ninguno de los países que nos rodean han dejado de expresar una gran prioridad para que ese proceso se hagan en beneficio de empresas industriales dentro del país. Y éste es el énfasis que pongo permanentemente. Hagámoslo sin ninguna ingenuidad, tan pronto como seamos capaces y, al mismo tiempo, sin entregar un mercado a otros, sino tratando que pueda beneficiar al conjunto del tejido industrial. Es una posición que comparten empresas españolas y entienden las multinacionales que están en España.

P. ¿Y esta posición es compartida por todos los ministros?

R. Esta posición es compartida, incluso, con el ministro de Economía. Yo soy partidario de la desregulación, pero no de hacerla con una ingenuidad de la que se beneficien otros países.

P. ¿Qué va a hacer con Seat?

R. En la reciente cumbre hispano-alemana el ministro alemán quiso saber cómo estaban las cosas relacionadas con Volkswagen y me expresó el deseo de mantener los compromisos con España y que el proceso de reestructuración se haga con el mínimo de pérdidas de puestos de trabajo. Hay una comunicación fluída en este sentido, pero le quiero agradecer que dijera que VW tenía que mantener su compromiso en España. La posición española esta clara. Ya hemos hablado muchas veces, llevamos hablando meses, y les he trasladado permanentemente el mismo mensaje, que es que pondremos dinero siempre que haya inversiones en proyectos industriales.

Huida de inversiones

P. ¿No le preocupa la marcha de las inversiones de las multinacionales?

R. No ha habido una salida generalizada de inversiones. En 1993, un año especialmente malo, ha sido el cuarto en inversiones en control directo de empresas, me parece que es bastante expresivo. En un periodo de bajo impulso económico, la capacidad de atracción cae. Es verdad, pero esas cosas empiezan a cambiar, no sólo por medidas estructurales impulsadas por el Gobierno; sino por el inicio de un cambio en los comportamiento sociales en términos de moderación salarial, de mejora de productividad. Pero no se puede esperar que el flujo de inversiones tenga la misma intensidad que en anos anteriores. Naturalmente, tenemos que seguir haciendo que siga siendo atractivo.

P. ¿Y cómo?

R. No a través de salarios baratos, que es absurdo en nuestra situación, sino con un conjunto de elementos de política económica que siga haciendo competitiva la economía. La moderación salarial es uno de los elementos, pero no el único. La flexibilidad es perfectamente compatible con el estado de bienestar y el clima social que facilite la competividad de la economía.

P. ¿No le parece un contrasentido que el precio del dinero sea más caro para las pequeñas y medianas empresas, que son la mayoría?

R. Es una de las deficiencias que hay que salvar. Uno de los muchos problemas desde el punto de vista de la competencia es el del acceso a la financiación externa, porque la función del banquero es muy conservadora y los riesgos se asumen en su mínima posibilidad. La primera garantía que tomé como ministro fue empujar el proyecto de ley de sociedades de garantía recíproca, que ha tenido una repercusión espectacular en las pyrnes. Eso hay que unirlo a los programas de ayuda del Instituto de Crédito Oficial como otra vía de apoyo.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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