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"¡La gente que viene sin que les llamemos!", dice el alcalde tras un accidente con magrebíes

Una explosión de gas que hirió a siete personas ayer por la mañana en un barrio de infraviviendas de Tetuán tambaleó la conciencia del alcalde, José María Advarez del Manzano, en el mismo lugar de los hechos: "Hay 100.000 personas que vienen a Madrid y se ponen a vivir. ¿Por qué no se quedan en sus países o en sus pueblos?". En la zona viven, en penosas condiciones, ma grebíes que pagan entre 5.000 y 12.000 pesetas mensuales por casuchas como las dos que ayer se derrumbaron. El alcalde exclamó: "¡La cantidad de gente que viene a vivir a Madrid sin que les llamemos!".

"Estaba profundamente dormida y se movió mi chabola. Me acerqué y veo al Muste y al Johnny llenitos de escombros, y a su madre tirada en el suelo y pensé: si esta gente se ha quedado así, cómo estarán los de debajo de los escombros", explica Ana, de 34 años. El susto de la morenaza vecina, que viste camiseta interior transparente y sujetador negro, lo originó una explosión, provocada por una acumulación de gas butano.La deflagración derrumbó pasadas las 11.00 de la mañana de ayer, dos casas bajas -expropiadas en 1989 aunque la gente sigue viviendo allí- y dañó a tres más, todas situadas entre el camino de Valdezarzas y la calle de Villaamil (Tetuán), una zona habitada por ciudadanos de clase baja españoles y magrebíes. Los propietarios de las casas han puesto tres precios de alquiler. Uno, barato, para los españoles que llevan allí viviendo toda la vida; otro, gratis, para los que viven sobre terreno expropiado. El tercer régimen, el más caro, es el que cobran a los magrebíes (oscila entre.5.000 y 12.000 pesetas al mes), según explican los propios vecinos.

Los bomberos rescataron de los escombros a los siete heridos. Ángeles Paredes González, de 31 años, pemanece ingresada en el hospital La Paz con quemaduras en el 90% de su cuerpo y su estado es muy grave. Entre los heridos leves se encuentra un matrimonio de marroquíes. La mujer, Bea Sugrane, de 40 años, fue dada de alta por la tarde, mientras que su marido, Assal Abdelnudes, de 50 años, permanece ingresado y su pronóstico es leve, informa Efe. Otras dos mujeres permanecieron en observación en Puerta de Hierro con crisis de ansiedad y contusiones leves.

Tras visitar los escombros, el alcalde dijo: "En Madrid hay 100.000 personas que vienen aquí y se ponen a vivir, ¿Por qué no se quedan en sus países o en sus pueblos?". En otro momento exclamó: "¡La cantidad de gente que viene a vivir a Madrid sin que nosostros les llamemos! Ojalá tuviéramos viviendas para todos". Por la tarde, el alcalde matizó: "No son declaraciones negativas, ni furibundas y mucho menos racistas o xenófobas".

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