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La retirada serbia de Gorazde desbloquea las negociaciones de paz sobre Bosnia

El juego del escondite ha terminado. Los soldados serbios disfrazados de policías primero y de civiles después han abandonado, tras cuatro días de confusión, la zona desmilitarizada de Gorazde (tres kilómetros desde el centro), tal y como exigían los musulmanes. Una vez cumplida esta condición, los representantes de la federación croato-musulmana se sentaron a negociar. El problema ahora es llegar a algún tipo de acuerdo.

"Nuestros informes de esta mañana [por ayer] dicen que los serbios ahora sí que se han retirado de la zona de tres kilómetros", aseguró ayer en Ginebra Ejup Ganic, vicepresidente bosnio. "El señor Kresimir Zubak [presidente de la federación croata-musulmana] y yo nos reuniremos con Akashi [representante del secretario general de la ONU] y sus expertos para hablar del alto el fuego", añadió. No está claro si habrá reunión cara a cara.En la jornada de ayer, al menos, no la hubo. Los jefes de las dos delegaciones, el serbio Radovan Karadzic, y bosnio Ganic, se limitaron a reunirse por separado con Akashi, a quien transmitieron las modificaciones pertinentes al plan que les envió el lunes para acordar una tregua general en toda Bosnia.

El plan de Akashi recoge la sugerencia de la declaración de los ministros de Exteriores del Grupo de contacto -formado por EE UU, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido, a los que se unieron Bélgica y Grecia- del 13 de mayo en la que proponían una tregua de cuatro meses para negociar una solución pacífica a la guerra que asola Bosnia desde hace dos años. Propone el cese inmediato de las hostilidades, el despliegue de las fuerzas de la ONU y la retirada de todo el armamento pesado.

Para Karadzic, que ha sugerido "modificaciones menores", aceptando el conjunto del plan, la desventaja es que no prevé el cese "¡limitado" de las hostilidades. "Si nos hubieran propuesto un cese permanente, habríamos aceptado sin reticencias", subrayó. Ganic no es de la misma opinión pues está convencido que el alto el fuego indefinido podría suponer el reconocimiento de las conquistas territoriales serbias que se extienden a más del 70% del suelo, algo que el nuevo Gobierno bosnio-croata de la federación "no aceptaría", según el presidente, Kresimir Zubak.

El alto el fuego, de alcanzarse, sólo sería parte de un paquete global de paz. Las mayores dificultades residen en la división territorial, donde sistemáticamente han fracasado todas las negociaciones emprendidas hasta ahora. Mientras que los croato-musulmanes reclaman el 58% del territorio para la nueva federación, basándose en el censo de 1991, los serbios no quieren oír hablar de devolver lo conquistado. El Grupo de contacto ofrece que la nueva configuración sea un 51% para la federación y un 49% para los serbios. En este, caso, Karadzic tendría que devolver un 21% del territorio.

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