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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Moderación salarial

LA SUBIDA salarial media de los convenios suscritos en lo que va de año se sitúa ligeramente por debajo de la inflación prevista. Esa moderación contrasta con la realidad de los últimos años y supone un cambio considerable en la actitud de los trabajadores y sus representantes sindicales. La interiorización de los efectos de la crisis, que estimula acuerdos de moderación a cambio del mantenimiento del empleo, es la principal causa de este giro. Pero también influye en él la reforma laboral en marcha y la superación por parte de la nueva dirección de UGT de un cierto síndrome Walesa que afectó al anterior equipo dirigente.Con la firma de los convenios de construcción (900.000 trabajadores) y banca (162.000) son ya 2,5 millones los asalariados afectados por convenios suscritos en lo que va de año: más de un tercio de los siete millones de trabajadores cuyas condiciones laborales se regulan por convenio colectivo. Las subidas pactadas en esos dos sectores son del 2,50% y 2,75%, respectivamente, es decir, por debajo del 3,5% de crecimiento de los precios previsto para este año por el Gobierno. En abril se firmó el convenio de Telefónica (74.000 empleados), con una subida del 1,5%. En conjunto, los convenios pactados en estos cinco meses -incluyendo la revisión de los firmados en 1993 para los dos años- suponen un incremento salarial medio del 3,47%. Si se consideran únicamente los convenios nuevos, el aumento medio ha sido del 2,76%.

Se trata de cifras insólitas en los últimos años: entre 1989 y 1992, los salarios subieron en torno al 8%, más de dos puntos, en promedio, por encima de la inflación prevista. Todavía en 1993, con la crisis en su apogeo y un paro del 23%, los salarios aumentaron el 5,7 1 %, frente a un IPC previsto del 4,5% (que fue a fin de año del 4,6%). Esa incongruencia fue uno de los principales argumentos en favor de la reforma del sistema laboral: su ineficiencia se manifestó en los 240.000 empleos, en su mayoría temporales, perdidos en el último trimestre del año.

El informe del Banco de España de 1993 había llamado la atención sobre la desconexión existente entre la evolución salarial y el paro, pero también sobre la incoherencia de la equiparación salarial entre empresas con localización, situación económica y expectativas muy diferentes. A su vez, ello era, en buena medida, consecuencia de la estrategia sindical, heredada del pasado, consistente en conseguir firmar, al precio que fuera, unos cuantos convenios ejemplares que sirvieran luego de referencia para todo el sector o sectores afines. Esa estrategia se ha revelado suicida para el empleo. Las empresas en dificultades, aquellas que, por la competencia existente, no podían repercutir en precios los aumentos salariales, reaccionaban despidiendo a los trabajadores eventuales (por el menor coste de los despidos). Las empresas más protegidas de la competencia, en particular las de servicios, trasladaban lós aumentos a los precios de venta, siendo esos sectores los responsables principales de la inflación. Pero el crecimiento de esta magnitud presionaba contra la bajada de tipos de interés, y ésta, contra la inversión y, por tanto, también contra el empleo.

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El pragmatismo de los comités de empresa, y el temor de los trabajadores a perder, su empleo, explica el giro hacia la moderación salarial. El acuerdo alcanzado el pasado jueves en el sector de la banca privada ha llegado tras dos años y medio de bloqueo. A su vez, la pauta de moderación marcada por esos convenios condicionará los que se negocien a partir de ahora. La prioridad otorgada a la conservación del em pleo ha presidido las negociaciones de empresas como ABB, Astilleros Españoles, Derbi, Pegaso, SKF y otras, en todas las cuales se han pactado acuerdos de congelación salarial o subidas por debajo del IPC. Ello significa que, incluso antes de que entre en vigor la totalidad de la desregulación prevista en la reforma laboral, algunas materias que hasta el presente se negociaban en los convenios nacionales de sector se discuten en cada empresa, incluyendo contrapartidas adecuadas a su situación y expectativas concretas. Finalmente, no parece exagerado afirmar que la sustitución de Redondo por Cándido Méndez al frente de UGT ha favorecido esta actitud más realista en la negociación colectiva, y que el moderado crecimiento del empleo que registran las estadísticas tiene, segura mente, que ver con esa moderación.

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