Dos de cada tres españoles se muestran dispuestos a donar sus órganos

Los españoles se muestran mayoritariamente favorables a la donación de órganos. Dos de cada tres son donantes o estarían dispuestos a serlo, aunque uno de cada cinco se muestra indeciso sobre esta cuestión, según una encuesta realizada en el mes de mayo de 1993 por el departamento de psicología social de la Universidad Autónoma de Madrid. Los resultados se presentaron ayer, coindiciendo con el Día Nacional del Donante.El coordinador nacional de trasplantes, Rafael Matesanz, aseguró que las donaciones de órganos han crecido un 25% en los primeros meses de 1994. De continuar esta tendencia, su previsión es que a finales de año se hayan podido realizar 1.600 trasplantes renales y 600 hepáticos.

La encuesta revela que sólo el 6,1% de los españoles dice poseer la tarjeta de donante, aunque el 58,4% estaría dispuesto a serlo frente al 17,6% que no donaría nunca. Casi el mismo porcentaje (el 17,9%) no tiene una opinión formada. La razones para hacerse donante son la solidaridad (en un 32,4% de los casos) y la reciprocidad (29,8%). Los principales argumentos de los que rechazan donar órganos, tanto propios como de un familiar, son el miedo a una muerte sólo aparente (casi el 24%) y porque les desagrada mutilar el cadáver (el 10,9%).

El estudio destaca la importancia de la información a la hora de donar un órgano: el 40,8% de los que estarían dispuestos a hacerlo no sabe, sin embargo, cómo realizarlo. Un 34% esgrime la misma razón para no hacerse donante.

Otro aspecto importante es que los españoles se muestran mayoritariamente favorables a respetar la voluntad del fallecido por encima de la de los familiares. El 72,1% considera que no debería tomarse en cuenta la negativa de la familia de un donante. El 88,4% opina que la familia no debe oponerse nunca si así lo deseaba el difunto. En el 51,6% de los casos creen que el trasplante debe autorizarse, aún si se desconoce la voluntad del fallecido. El 75,7% piensa que no debería autorizarse nunca la donación si el familiar fallecido no era favorable a ello.