"Seguiremos pagando el pato los de siempre
ENVIADA ESPECIAL Seguiremos pagando el pato los de siempre", asegura en la capital de Haití, Puerto Príncipe, un estudiante de electricidad, escéptico, como la mayoría de sus compatriotas, sobre la eficacia del férreo embargo económico impuesto por las Naciones Unidas, y que entró en vigor la madrugada de ayer, para forzar la caída de la dictadura militar del general Raoul Cédras y lograr que Jean-Bertrand Aristide recupere la presidencia.
Las sanciones han sido recibidas con una sorprendente resignación por la población haitiana, acostumbrada, desde hace siete meses, a sacar el sustento de debajo de las piedras y convencida de que los militares, con las espaldas bien cubiertas de dólares, continuarán manejando a su antojo un país que cada vez se parece más a un estercolero.
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