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Bombardeo noryemení sobre Adén para doblegar la secesion sudista

Con un misil que se abatió sobre Adén, la capital suryemení, las fuerzas leales al presidente del Yemen unificado, Alí Abdula Saleh, reiteraron ayer que están decididas a recurrir a todos los medios a su alcance para aplastar la rebelión secesionista, encabezada por el vicepresidente, sudista, Alí Salem al Baid, y anular la independencia de la zona meridional del país, rebautizada como República Democrática del Yemen. La secesión fue anunciada hace dos días y pone fin a cuatro años de unidad entre los dos territorios.Un portavoz militar del porte aseguró ayer que sus fuerzas habían conquistado por completo la provincia de Shabwa, incluida su capital, Ataq. A falta de una confirmación de fuentes independientes, la caída de Shabwa, la segunda región productora de petróleo de Yemen del Sur, significaría un grave revés para las fuerzas de Adén.

Informaciones procedentes de Adén indican que, a consecuencia del ataque de ayer, resultaron muertas, al menos, ocho personas en el primer ataque norteño contra la capital sudista, concretamente contra una zona residencial cercana al aeropuerto. El misil impactó en una casa donde dormían varias familias de refugiados, señalan dichas informaciones.

Hace exactamente cuatro años, Saleh y Baid firmaron, un pacto de unidad tras décadas de enfrentamientos entre el norte conservador, tribal y proislamista, y el sur, que se mantuvo fiel al marxismo hasta el colapso del comunismo en el otoño de 1989. El sur acusa ahora al norte de tratar de monopolizar el poder y combate contra lo que califica de anacrónico sistema de Gobierno de Saná. El norte, donde vive la mayoría de los 12 millones de yemeníes, nunca ha disimulado sus ambiciones sobre los ricos yacimientos petrolíferos ubicados en el sur.

El fracaso del proyecto unionista asestó un duro golpe al de por sí vago ideal de "unidad árabe" y está colocando, especialmente a los vecinos del Yemen, ante el dilema de reconocer el Estado secesionista o apoyar al Gobierno unificado.

Según observadores en Saná, la capital del norte, Saleh parece estar decidido a marchar sobre Adén, a pesar del enorme coste humano y político que semejante paso implicaría. El propio Saléh declaró este fin de semana que ya no queda otra opción que la militar para destruir a sus rivales. Después de 19 días de feroces combates en varios frentes, bombardeos aéreos y ataques con misiles, todavía no se conocen informes oficiales de bajas. Voluntarios de organizaciones internacionales y empleados de firmas petroleras que operan en el Yemen dicen que la violencia ha causado centenares de bajas.

Mientras Saleh concentra su atención en la ofensiva militar, Baid configura los órganos dirigentes del nuevo Estado, del que ayer se ha nombrado presidente, y mantiene contactos con Gobiernos árabes para obtener reconocimientos diplomáticos.

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Las fuerzas del norte parecen haber logrado cercar la estratégica base de Al Anad, a unos 40 kilómetros de Adén.

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