_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Botero

Manuel Vicent

Puede uno imaginar qué potente organización se mueve en el interior de esas figuras gordísimas de Botero cuando los ayuntamientos de París, Nueva York y Madrid le han cedido sin rechistar el espacio público más escogido de cada ciudad para que plante semejantes muñecones. La obra de Botero es muy discutible desde el punto de vista estético y los críticos ya han dado su opinión. A mi juicio, esas criaturas tan divertidas sólo tienen un interés ilustrativo. No expresan una concepción del mundo a través de las formas y el color, representan simplemente una visión muy imaginativa y caricaturesca de la realidad que no despierta una emoción profunda, sino sólo la simpatía. Creo que las figuras infladas de este artista sirven admirablemente para ilustrar libros de cuentos con historias amables, positivas e ingenuas. Pero aquí no se trata de arte, sino de negocios, de pasiones, de mafias. La pregunta esencial es ésta: ¿por qué están tan gordas las criaturas de Botero? No deberían con testar los estetas. La respuesta tendría que darla alguien con la imaginación de Sherlock Holmes. París ha cedido los Campos Elíseos a estos muñecos; Nueva York ha puesto Park Avenue a sus pies; Madrid le ha regalado el paseo de Recoletos. Y mientras todo el mundo del arte se halla sumido en la miseria, la obra de Botero es la única que no cesa de escalar millones cada vez más al tos con un impulso que llega des de Medellín, de Colombia. Tal vez la extremada gordura de las criaturas de Botero sea necesaria. Dentro de esos muñecos probablemente se refugia demasiada gente, se guardan muchos alijos extraños a la creación. El mundo del arte está lleno de intereses e intrigas debido a que la belleza es la forma sagrada que adopta el instinto. Imagino que los crímenes más refinados siempre suceden en los museos de pintura y que los seres más sutilmente abyectos y sublimes, espirituales y crueles se mueven alrededor de la estética. Puestas así las cosas, lo más interesante de Botero es descifrar el misterio que obliga a sus criaturas a estar tan gordas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_