"Madrid es como un arrabal porteño"
"A las minas y los reos que me escuchan les diré que éste es el chamuyador tanguero de Carlos Monte ro..."He aquí una muestra del mensaje que este cantante de tangos tiene grabado en su contestador automático, en el más puro lenguaje coloquial de Buenos Aires, el un fardo. Aunque nació en la capital argentina, Montero encontró hace 31 años su es quina tanguera de Corrientes y esmeralda en el barrio madrileño de Chamberí, donde se empadronó. Ha simultaneado sus actividades de arreglista y director musical de gentes como Carlos Cano o Luis Eduardo Aute con su pasión por el tango, de la que dan fe sus grabaciones discográficas y sus actuaciones y charlas en universidades, festivales y teatros. Une a su faceta de in térprete un profundo conocimiento teórico del tango, que se plasma en una exquisita selección del repertorio que interpreta y que abarca desde los clásicos a las composiciones de autores actuales. Con su guitarra de ocho cuerdas y una voz de terciopelo aja do es, a pesar de su larga trayectoria musical, un artista conocido sólo en el círculo de los gourmets musicales.Pregunta. El tango nace popular, pobre y marginal, pero a su ritmo canyengue han aportado cosas grandes nombres de la literatura y la música. Respuesta. Afortunadamente, al tango lo han apadrinado plumas como las de Cortázar, Mario Benedetti o el propio Jorge Luis Borges, quien mantenía una curiosa relación amor-odio con el tango. Y en el terreno musical tenemos a un Astor Piazzolla y otros compositores, que partiendo de una formación clásica han compuesto muchas músicas para esta canción urbana rioplatense.
P. ¿Tiene algo Madrid de arrabal porteño?
R. No sólo tiene, es que yo diría que el mundo del tango es una prolongación del casticismo madrileño, al menos en una parte de su aspecto estético. La vestimenta del chulo madrileño es similar a la del compadrito arrabalero de los tangos, con su funghi (sombrero) y su lengue (pañuelo al cuello). Madrid es aún en su espíritu un enorme conventillo.
P. El tango maltrata a las mujeres, y sin embargo inventa para definirlas y nombrarlas multitud de palabras.
R. Quizá la más conocida sea mina, pero también se dice paica, grela, naifa, papusa, garaba, percanta, pebeta, chirusa, milonguera y así podríamos seguir con unas cuantas acepciones más. Pero todas tienen matices distintos. Por ejemplo, una pebeta es una chica muy joven, y una mina se refiere ya a una más talludita.
P. Su manera de. interpretar se aleja de la exageración y el desgarro. ¿Piensa que así llega más a la gente joven?
R. Yo siempre he dicho que canto tangos a mi manera, porque el tango nació como baile y hasta que no llega Carlos Gardel no nace como canción, es decir, no para ser bailado, sino para ser sobre todo escuchado. A mí me interesa el tango donde prima el texto y la interpretación.
P. Carlos Gardel fue el gran intérprete, pero dígame otro nombre en la historia del tango.
R. Sin duda, Enrique Santos Discépolo, el compositor de Cambalache, Y¡ra, yira, Uno o Esta noche me emborracho. Discépolo reflejó en sus letras el sentido tragicómico y subversivo de la vida.
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