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Los apartamentos no enterrarán el teatro Martín

Los dueños del teatro Martín han pedido al Ayuntamiento que recalifique el solar, para así edificar allí apartamentos, pero el actual Plan General impide que el lugar cambie de uso. La Comisión Mixta de Defensa del Patrimonio reforzó ayer esa norma y decidió obligarles a mantener el edificio en buen estado. Esta comisión -formada por técnicos municipales, autonómicos y de Bellas Artes-, propuso la declaración de ruina inmiente parcial del teatro -cuya techumbre se derrumbó el sábado-, lo que significa que se han de mantener las fachadas y otras partes del recinto.

La comisión mixta de Patrimonio, que se reúne todos los martes, y en la que se suele producir un buen clima de entendimiento entre las tres partes, abordó ayer con carácter de urgencia la decisión respecto al teatro Martín, cuya techumbre se derrumbó por varios sitios la noche del pasado sábado.Tras los debates, los comisionados acordaron conceder a los dueños del teatro un plazo de 48 horas para que adopten no sólo medidas de seguridad, sino también las que sean necesarias para cuidar y mantener el buen estado del edificio que garantice su mantenimiento en el futuro. El teatro ha permanecido cerrado los últimos cuatro años, y sus dueños lo han ido dejando morir mientras pedían una recalificación para construir apartamentos.

Inspección conjunta

El pasado lunes, el teatro fue inspeccionado conjuntamente por técnicos de la Comunidad y del Ayuntamiento, con el fin de presentar el resultado a la Comisión Mixta de Patrimonio y que asumiera el dictamen elaborado al respecto. El edificio no figura catalogado con grado de protección (otros menos notorios de la calle Santa Brigida sí lo están), pero le afecta la definición de uso dotacional y de ocio marcada en el Plan General de Ordenación Urbana para ese, inmueble.Ello significa que este recinto no puede cambiar su uso aun en el supuesto de que el estado de ruina fuera total y hubiera que proceder a su demolición. Fuentes municipales habían augurado (véase El País Madrid de ayer) eventuales facilidades para esa modificación, pero la comisión, reunida ayer, se encargó de zanjarlas. Al menos por el momento, porque Fernando Macías, jefe del departamento municipal de Protección de la Edificación, hizo alguna salvedad al explicar que la orden que se les dará a los propietarios del inmueble está encaminada a que adopten medidas de seguridad para que no progrese el deterioro: "Pero también se le dirá al arquitecto encargado de abordar la obra que si hay una situación de alto riesgo para el teatro y los trabajadores que operen en él se nos avise urgentemente". Y añadió: "En ese caso, y siempre documentándolo debidamente, tomaríamos otra decisión y a lo mejor la comisión se tendría que replantear la medida adoptada hoy".

Macías también dejó claro que por parte del Ayuntamiento no ha habido negligencia, ya que no se ha presentado ninguna denuncia sobre el estado del edificio. El pasado mes de noviembre, EL PAÍS denunció en una información el estado de abandono del teatro.

Cristóbal Vallhonrat, subdirector autonómico de Patrimonio, opina que el teatro debería estar catalogado con grado de protección, no sólo por su valor arquitectónico (lo reformó Anasagasti, prestigioso arquitecto de los años veinte), y cultural: "Además, es evidente que desde que lo adquieren los actuales propietarios se ha dejado en el más abosluto abandono y, desde luego, hay una presunta dejación por parte de ellos, que es la que ha provocado, no sé si intencionadamente, que parte del teatro se haya ido al garete", afirmó.

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Tanto Vallhonrat como Fernando Macías -miembros ambos de la Comisión Mixta de Patrimonio-, insistieron ayer en que en este solar está prohibido, con la normativa vigente, el uso comercial o residencial. "Habría que hacer un expediente de modificación que sería bastante escandaloso", dice Vallhonrat, refiriéndose a la paulatina desaparición de teatros en Madrid.

Por su parte, Ramón Caravaca, viceconsejero de Educación y Cultura, declaró ayer sobre la posible desaparición de otro teatro en Madrid: "De seguir la política del Ayuntamiento de esta manera, en la que se miran con lupa los teatros abiertos y se descuidan los cerrados, Madrid pasará de ser una pujante ciudad cultural a ser Tirana" (la capital de Albania).

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