Malaui celebra sus primeras elecciones libres en 30 años de independencia
Malaui celebró ayer sus primeras elecciones democráticas desde la independencia del Reino Unido, en 1964. En el alargado País enclavado al sureste de África viven casi diez millones de personas. Para hoy se espera que se conozcan los nombres del nuevo presidente y de 177 diputados. La nueva Constitución, que entró en vigor el pasado martes y puso fin a 30 años de poder absoluto de Kamuzu Banda, salió adelante por unanimidad, a pesar de las reticencias iniciales de buena parte del gubernamental Partido del Congreso de Malaui (PCM).
El presidente Banda hizo un llamamiento a la nación en la noche del lunes a través de la radio para que los ciudadanos de Malaui participaran de forma masiva y pacífica en los comicios. Banda pidió que cesaran los enfrentamientos provocados por un grupo de disidentes de su partido que habían participado en un incidente armado en el distrito de Sanje, al sur del país, cerca de la frontera con Mozambique. Los primeros datos llegados desde Blantyre, la capital comercial del país, daban cuenta ayer de nutridas colas de votantes que avanzaban muy lentamente ante los colegios electorales.Los analistas políticos estiman que el PCM de Banda puede perder las elecciones en favor del opositor Frente Democrático Unido (FDU), un grupo formado por activistas demócratas y disidentes del Partido del Congreso, encabezados por Bakili Muluzi, un hombre de negocios de 51 años. Muluzi, ex secretario general del PCM, fue encarcelado en los años sesenta, acusado de haberse apropiado de fondos públicos. Miles de opositores al régimen fueron detenidos o desaparecieron sin dejar rastro durante la larga dictadura personal de Banda.
La ceremonia que puso término a la dictadura de Banda el pasado martes tuvo la pompa de una vieja monarquía europea. Pero el presidente que ha gobernado Malaui con mano de hierro durante tres décadas no asistió al acontecimiento. Por problemas de salud. Karnuzu Banda, cuya edad ronda los 95 años, sufrió una operación cerebral el pasado mes de octubre en Suráfrica, país con el que, en pleno auge del apartheid, Malaui sostenía fluidas relaciones.
A pesar de sus modestas proporciones, el Parlamento de Malaui, emplazado en Zomba, la antigua capital colonial situada al sur del país, conserva un decorado británico. En la ceremonia que ponía fin a una época, el speaker (presidente) de la cámara, Bernard Mtawali, con peluca y encaje inmaculados, fue saludado con profundas reverencias por los diputados y ocupó su escaño precedido por dos ujieres vestidos de negro y con guantes blancos.
El presidente Banda se vio obligado a poner término a su mandado "de por vida" merced a las presiones internacionales e internas. En un referéndum celebrado en junio de 1993, la población se pronunció mayoritariamente a favor de implantar un sistema multipartidista.
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