Material sólido y bien administrado
El fútbol, como la física, presenta materiales sólidos, líquidos y gaseosos. También es un juego con memoria. Así lo ha acreditado el Deportivo, que nos trae recuerdos de otro equipo periférico que hizo historia. Aquella Real Sociedad es el espejo donde se ha mirado el Deportivo esta temporada para atrapar un sueño que la crítica sólo consideraba al alcance del Real Madrid y Barcelona, los equipos que reúnen tradición, dinero, futbolistas de nombre, atención periodística y escenarios grandiosos. El Deportivo está al borde de quebrar el reparto de poderes que se estableció en 1985, cuando el Barcelona puso fin al interregno de la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao. Desde entonces, Madrid y Barcelona se han cedido los trastos del éxito. La irrupción del Deportivo es un mensaje de esperanza para aquellos clubes que estén decididos a rebelarse contra la historia.El equipo gallego ha sido material sólido esta temporada. Ha sido consistente en el juego y en el ánimo. Ha aprendido de sus errores de juventud, de los pecados de ingenuidad que cometió el pasado año. Esta temporada ha ganado donde tenía que ganar y perder en los pocos sitios donde podía aflojar. Ha administrado con un celo implacable cada punto, cada gol y cada fallo de sus adversarios. Nunca ha sentido la sensación de pánico de los novatos, una lacra que siempre han aprovechado el Barca y el Madrid, los dos equipos acostumbrados a jugar con el crédito de la tradición.
El Deportivo no ha sido un equipo deslumbrante, pero ha sido uno de los equipos más eficaces que recuerda el fútbol español. En sus peores tardes, el Deportivo ha empatado a cero. Esta cualidad distingue a los conjuntos fiables de los gaseosos.
El éxito se producido tras dar la vuelta al calcetín del juego. Por primera vez en 10 temporadas, la defensa ha ganado al ataque. Cada una de las Ligas conquistadas por el Madrid y el Barca estuvieron sostenidas por el poderío goleador. Esta vez llega un equipo que figura en quinta posición en el listado de goles marcados. La defensa ha sido decisiva: sólo ha recibido 18 goles, la mitad del siguiente equipo menos goleado.
En este sentido, el Deportivo ha sido el Milan, un equipo inaccesible, ordenado, compacto e inteligente. Es aquí donde surge la figura de Arsenio Iglesias, el hombre que ha entreverado un equipo sobresaliente con mucho material deshechado (Liaño, López Rekarte, Ribera, Donato, Claudio, Nando o Alfredo) y un pequeño grupo de jugadores prestigiosos (Fran, Mauro y Bebeto). Con todo eso, Arsenio aplicó una máxima incontestable: el fútbol es orden más talento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.