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Entrevista:

"Tenemos que hacer la limpieza nosotros mismos"

Está en plena efeméride: hoy se cumple el 1500 de la fundación de la Guardia Civil, pero, salvo sorpresas, no podrá celebrarlo por todo lo alto. La fuga de su antecesor le ha chafado la fiesta. Ferran Cardenal, 49 años a final de mes, sostiene con contundencia que no ha descubierto complicidad alguna de sus subordinados en la huida de Luis Roldán.

JESÚS DUVA Ferran Cardenal apenas lleva cinco meses al frente de la Guardia Civil, pero los ha vivido de sobresalto en sobresalto. La sombra de su antecesor le persigue como un fantasma y se ha convertido en su obsesión. Su despacho tiene mucha más luz que cuando lo ocupaba el fugitivo Roldán. Es sólo un símbolo, que él justifica por su origen mediterráneo.

Pregunta. ¿No cree que el caso Roldán ha hecho que la moral de los guardias esté hoy muy baja?

Respuesta. No, yo creo que no. Si se tratase de una institución más reciente, más joven, con menos valores arraigados..., podría verse más afectada con un suceso de esta categoría. Pero en una institución con mucha historia, como ésta, no. tiene por qué repercutir.

P. ¿Y a usted no se le ha recibido con desconfianza, después de la experiencia de su antecesor? ¿No cuestionan los guardias que al frente del cuerpo esté un civil?

R. No. La Guardia Civil es un cuerpo muy disciplinado. Yo pienso que estoy aceptado. Y no sólo aceptado, sino arropado y apoyado.

P. En cualquier caso, ha sido una desgracia que el primer civil al frente de esta institución haya resultado como ha resultado,¿no?

R. Efectivamente.

P. ¿Cómo calificaría la gestión de Roldán en la Guardia Civil? ¿Hizo algo bueno?

R. Al margen de los fallos personales, hizo cosas muy importantes: los éxitos de la lucha antiterrorista, la incorporación de la mujer como algo normal, la Guardia Civil del Mar, la puesta en marcha del Servicio de Protección de la Naturaleza... Eso está ahí y hay que valorarlo así.

P. ¿Cómo es posible que los servicios de la Guardia Civil no descubriesen durante siete años que Roldán hizo lo que hizo?

R. Hay que ver cómo hizo lo que hizo. Con qué nivel de reserva o de secreto. La desconfianza hacia el máximo responsable es algo que no puede existir. Comprendo que la gente se pregunte cómo es que no hubo algo que permitiese descubrir su conducta. Y la conclusión a que hemos llegado es que él actuó de una forma cerrada.

P. ¿Se han descubierto connivencias de guardias civiles en la fuga de Roldán?

R. Por el momento, no. Es un tema especialmente importante y vamos a llegar hasta el fondo.Yo quiero que no quede ninguna duda. Pero hasta la fecha no se ha detectado ninguna implicación en la fuga del señor Roldán. Quien más interesado está en aclarar esto es la propia Guardia Civil. Quiero que no quede ninguna sombra de duda.

P. ¿Qué planes tiene usted en esta dirección general?

R. Hay un proyecto de ley muy importante por lo que puede suponer de modernización y para abrir nuevas vías de ingreso en la Guardia Civil. Van a establecerse nuevas formas de acceso y clarificar un tema que estaba un tanto confuso: la enseñanza y la formación. Un técnico en informática, por ejemplo, puede entrar en esa escala y tener una especialidad con, continuidad, no dependiendo de circunstancias como los ascensos y la existencia de vacantes. Podrá seguir ascendiendo, pero a la vez nosotros podremos aprovechar su especialidad en servicios de apoyo.

P. También se deberá enfrentar usted a otro asunto tan espinoso como el previsible cierre de cientos de cuarteles.

R. Sí, es un problema que ha planteado algunas suspicacias y que hay que llevar adelante sin suspicacias, mejorando la prestación del servicio. ¿Esto qué implica? Pues mejorar las unidades de policía judicial, las unidades de investigación, de tal forma que se distribuyan no sólo en las comandancias, sino también en las compañías.

P. Y también tendrá que sacar adelante la Guardia Civil del Mar.

R. Eso es algo que hay que potenciar porque es sumamente importante tras la supresión de fronteras interiores en Europa. Pero, además, hay que arreglar la situación de las casas-cuartel. Algunas están en estado lamentable. Y ver cómo conseguimos mejorar el salario de los guardias, que es un asunto complicado y dificil en época de presupuestos. Y mirar cómo estabilizar las plantillas en determinadas zonas, en determinados núcleos.

P. Un estudio realizado durante la etapa de José Luis Corcuera en Interior preveía el cierre de 1.000 cuarteles. ¿Eso sigue teniendo validez?

R. Era un estudio general. Yo quiero que se analice con más detalle en los ámbitos territoriales, a nivel de comandancia, para ver si no se han tenido en cuenta de cunstancias. El objetivo es mejorar la prestación del servicio. De lo que se trata es de suprimir unidades estáticas que están haciendo vigilancia simplemente en la casa-cuartel y cuyo número de efectivos no permite prestar ser vicio en el momento en que surge un problema. Seguiremos manteniendo la presencia en los pueblos, pero siempre que sea más operativa y sirva para dar respuesta inmediata a cualquier problema. Se han cerrado algunos cuarteles, pero ahora estamos en una fase de estudio.

P. No es ningún secreto que la Guardia Civil del Mar despierta fuertes reticencias y enfrentamientos con el Servicio de Vigilancia Aduanera.

R. Bueno, hay que buscar un sistema de coordinación. Quienes tienen competencias de policía judicial y de investigación las ejercen, que es la Guardia Civil, mientras que Vigilancia Aduanera debe hacer las labores de apoyo que les corresponden. El Servicio de Vigilancia Aduanera no tiene ahora competencias de policía judicial, según la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Pero es un tema que hay que estudiar con calma, porque los ciudadanos no entienden que haya discusiones o dimes y diretes entre dos cuerpos.

P. Usted ha dicho que la defensa de la vida debe ser un objetivo básico de la Guardia Civil.

R. La Guardia Civil ha tenido una imagen vinculada a la defensa del orden y de la propiedad. La defensa de la vida se ha convertido en uno de sus objetivos prioritarios: luchando contra el terrorismo, el narcotráfico, en las carreteras, en la protección de la naturaleza y en las misiones de la paz. No sólo defiende el orden y la propiedad.

P. ¿Qué pasaría si el duque de Ahumada levantara la cabeza?

R. Se sentiría orgulloso de esta institución.

P. ¿A pesar de los escándalos de Roldán y de la Ucifa?

R. Ha habido errores. Lo que hay que hacer es clarificar los temas, evitar nuevas equivocaciones y seguir adelante. Nadie es perfecto.

P. ¿Va a ser especialmente riguroso en la disciplina y en el control de la corrupción?

R. Sí, por el propio bien del cuerpo. Los servicios internos tienen que ser muy rigurosos y capaces de detectar cualquier irregularidad. Es necesario que sea el propio cuerpo quien primero detecte las irregularidades. Yo voy a potenciar la unidad de asuntos internos para ser capaces de hacer la limpieza nosotros mismos, antes de que otros descubran nuestros errores.

P. ¿La corrupción política es tan grave como percibe el ciudadano?

R. Hay que evitar esta sensación que quiere darse de corrupción generalizada. La lucha contra la corrupción es un objetivo prioritario del Gobierno.

P. ¿Será posible alguna vez una buena coordinación entre la policía y la Guardia Civil?

R. Tenemos un modelo basado no en un único cuerpo policial. Si existiera un solo cuerpo sería el único árbitro en temas de seguridad y acumularía una cantidad de poder que no tendría sentido. Yo estoy por la coordinación policial a tope.

P. ¿Se arbitrarán mecanismos para que los guardias expresen sus quejas y revindicaciones?

R. Tiene que existir un cauce reglamentario y evitarse que las quejas se queden en unos niveles que no tienen capacidad de resolución. Pero abrir el tema de la sindicación es un error y generaría falsas expectativas.

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