25 años de mareo
El Parque de Atracciones cumple su primer cuarto de siglo
Rodeado por los aspirantes a torero de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, las prostitutas que se apoyan en los árboles de la Casa de Campo y los jubilados que por allí juegan a la petanca, el Parque de Atracciones presume de los 62 millones de personas que han pasado por sus puertas -y que han salido con el alegre mareo que produce subirse en algunas de sus atracciones- en los últimos 25 años.
"Gentes de todas las edades y todas las clases sociales", señala Cecilio Caparrini, director general de este parque que se inauguró el 15 de mayo de 1969 de la mano del entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro.
Cecilio Caparrini despliega sobre la mesa de su despacho -desde la ventana se ven las cadenas de hierro de las sillas voladoras- un álbum de fotos que encierra algunos recuerdos de este lugar. "Esta atracción ya no la tenemos", dice señalando una foto en la que se ve un luminoso que pone "Calypso", y en la que una especie de platillos volantes giran sobre sí mismos. La instalación recuerda a una feria de playa de los años cincuenta. En otra página se ve la complicada parafernalia de las obras del restaurante El Platillo -edificio emblemático del parque- o una actuación de Pajares en la que el cómico, ante una multitud, aparece con unas patillas gigantescas y unos imposibles pantalones de campana. "Por aquí ha pasado todo el mundo", afirma Caparrini orgulloso, y añade: "Incluso cuando hay un partido de fútbol importante el parque se llena y la gente ve el partido por las pantallas de vídeo". Los años 1982 y 1992 fueron los más bajos de asistencia de público. La Exposición Universal de Sevilla y los Juegos de Barcelona acapararon la atención en 1992. Diez años antes fue el Mundial de fútbol el que robó clientela a este centro de ocio.
Tren elevado
El parque nació con la mitad de atracciones de las que ahora tiene, un total de 40 instalaciones, que dentro de un mes serán 42 con la instalación de un circuito de minimotos y un tren elevado. Desde un laberinto de espejos a una montaña rusa, en la que no está recomendado que suban ni mujeres embarazas ni personas con problemas de espalda, cada atracción tiene su propio público. De los primeros años se conserva una zona "clásica", como se denomina el lugar donde se ubican las atracciones de toda la vida como El Gusano Loco, la Alfombra Mágica o La Zarzuela, nombre familiar por el que se conoce al tiovivo del parque, una joya del año 1927 compuesta por 72 caballos de madera. "Se lo compré a un malagueño que lo tenía como oro en paño. Tener una rueda así es un orgullo para este parque", dice Caparrini.Al año visita el Parque de Atracciones una media de 2,5 millones de personas. Sus 20 hectáreas de terreno sé dividen por igual en zonas verdes y de recreo. Ciento treinta empleados fijos vigilan y revisan las instalaciones; en verano, los empleados pueden llegar a 450. En 1992, los ingresos del parque superaron los 3.000 millones de pesetas, con un beneficio de casi 400 millones. Al año elparque gasta casi cinco millones de kilovatios.
"Sobre todo, es un parque en el estricto sentido de la palabra. No podemos comemos las zonas verdes porque mucha gente viene a pasear. Hay fuentes, bancos, árboles y césped que conservar. Este es un servicio fundamental", explica Caparrini, que no niega el sabor de los años sesenta que conserva el lugar en muchos de sus rincones "Tenemos solera", dice.
Para celebrar el cumpleaños, este domingo una tarta gigantesca endulzará a los visitantes. Además, durante este mes se han programado actuaciones musicales y espectáculos infantiles. Están previstas también exhibiciones de acróbatas, charangas y una fiesta en el karaoke. El domingo siguiente será la Gran gala de los años setenta, uno de los platos fuertes de la onomástica, que contará con la actuación del grupo inglés Bonney M.
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